La Iglesia en Nicaragua viene sufriendo un hostigamiento por parte del régimen sandinista de Daniel Ortega. A partir del ensañamiento de las autoridades del Gobierno contra los miembros de la comunidad eclesial, varios episcopados hicieron llegar su apoyo y solidaridad.
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Preocupación, solidaridad y unión
Con la firma del obispo de Salto y presidente de la Conferencia Episcopal de Uruguay, Arturo Fajardo; de su vicepresidente, cardenal Daniel Sturla, arzobispo de Montevideo; y del secretario general y obispo de Canelones, Heriberto Bodeant, la Iglesia uruguaya envió su respaldo a su par nicaragüense.
El Consejo Permanente consideró que “los ataques verbales a la comunidad eclesial nos duelen e interpelan”. Por tal motivo, expresaron su solidaridad y cercanía, tanto al pueblo de Dios como a los pastores.
Pidieron que la Patrona de Nicaragua, la Inmaculada Concepción de la Virgen María, guíe y acompañe a esta iglesia hermana, y los ayude en la construcción de la justicia y de la paz.
Cercanía fraterna
El obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Oscar Ojea, en nombre de los obispos argentinos, le manifestó al arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo Brenes, que siguen con preocupación la situación eclesial de Nicaragua. Además, aseguró que conoce las dificultades con las que desempeñan su misión, especialmente en la diócesis de Matagalpa.
De este modo, el episcopado argentino le aseguró la cercanía fraterna y la oración “para que puedan llevar adelante el ministerio pastoral, sin restricciones de ninguna índole“.
Finalmente, encomendó al cardenal a María de Luján, para que en su ternura encuentre consuelo y fortaleza.