Tras producirse la entrada violenta de la policía nicaragüense, a las órdenes del presidente Daniel Ortega, en la Curia diocesana de Matagalpa donde llevaba 15 días retenido su obispo Rolando Álvarez, las reacciones de indignación se suceden. El prelado ha sido trasladado a un paradero desconocido junto a un pequeño grupo de sacerdotes y laicos. El hecho de la detención del obispo para el secretario general de la ONU, António Guterres, es una acción que le deja “muy preocupado” por lo que implica sobre la represión ejercida desde el Gobierno de Nicaragua sobre organizaciones como la Iglesia católica.
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Guterres, a través de un portavoz de la ONU, ha hecho un llamamiento a respetar los derechos de “todos los ciudadanos”, con especial vigilancia en el de reunión y en las libertades de asociación y credo. También ha reclamado la excarcelación de todas las personas detenidas “arbitrariamente” en estos últimos meses, incluyendo por lo tanto a Rolando Álvarez.
En defensa de los campesinos
Álvarez, de 55 años, se ha convertido en el primer obispo nicaragüense arrestado por el Gobierno de Ortega, el presidente que lleva más de 15 años y medio en el poder. Obispo de la diócesis de Matagalpa –al norte del país– y administrador apostólico de la diócesis de Estelí, se hizo fácilmente reconocible por su evangelización tanto a lomos de un caballo, atravesando los ríos en una rústica embarcación casera, patinando en sotana, bailando una cumbia o jugando al fútbol, según recoge la agencia Efe.
Con el título de bachiller en Teología por la Pontificia Universidad Lateranense de Roma, se licenció en Filosofía en la Pontificia Universidad Gregoriana y cursó el máster en Doctrina Social en la Iglesia de la Universidad Pontificia de Salamanca. Obispo desde 2011, en 2015 fue el rostro de algunas protestas en defensa de los intereses de los campesinos ante los proyectos mineros de Ortega.
Su voz se ha oído no solo como secretario de Medios de Comunicación de la Conferencia Episcopal de Nicaragua sino a través de las emisoras de radio y televisión que ha fundado por toda Nicaragua y que han sido objeto de cierre por parte de las autoridades. Como mediador en un diálogo entre el Gobierno y la oposición, en 2018 se opuso a las reformas a la seguridad social de Ortega. Entonces también dio cobijo en las parroquias manifestantes descontentos con el régimen instaurado por el presidente. La prohibición de la misa en la catedral hace dos semanas hizo que saliera por las calles con el Santísimo Sacramento, lo que provocó su reclusión en la curia.