El cardenal Zuppi defiende en el Meeting de Rímini una política desinteresada

El presidente de la Conferencia Episcopal Italiana preside la eucaristía dominical en el masivo encuentro de Comunión y Liberación

El cardenal Zuppi defiende en el Meeting de Rímini una política desinteresada

El cardenal Matteo Zuppi, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), ha sido el invitado de excepción de este domingo en el Meeting de Rímini, la gran propuesta cultural italiana de Comunión y Liberación. El purpurado ha presidido la eucaristía y ha participado en un diálogo con el alemán Bernard Scholz, especializado en el mundo empresarial.



Buscar el bien común

Zuppi ha invitado a que los cristianos adopten un compromiso cada vez mayor, tanto en la sociedad como en la política, según recogen los medios vaticanos. Para el cardenal los católicos deben buscar el bien común, por lo que la política es amor político y no “conveniencia o interés mezquino”. En un encuentro con la prensa destacó que “hay algunas preocupaciones, por la educación, por el trabajo, por la paz, por la familia, por el tercer sector” quie tienen que ser “fruto de tanta pasión e interpretar tantos sufrimientos y tantos anhelos: por eso la Iglesia está tan interesada en ello y es un interlocutor importante y decisivo para las instituciones, tanto las actuales como las futuras”.

El también arzobispo de Bolonia destacó el trabajo de las instituciones del Tercer Sector y como muestran “tanta pasión por el hombre”, título de la edición del Meeting de 2022, y que son “un interlocutor decisivo” para la Iglesia. “Cuando pienso en las pandemias, pienso en Covid, pero también en la terrible pandemia de la guerra” como la de Ucrania, destacó al valorar el trabajo de las oenegés.

Zuppi Misa Rimini

En su homilía apuntó que “el mundo y la Iglesia necesitan la irreductible y fuerte pasión por lo humano, llena de Cristo y reconociendo en ello el deseo de Dios”. Y es que, añadió, la Iglesia, como “madre”, “no es una realidad impalpable, abstracta y diáfana, sino que asume rasgos humanos y espirituales de nuestra experiencia terrenal”. “La belleza de estar aquí nos hace disfrutar de esta comunión que nos une entre nosotros y con toda la Iglesia”, añadió. “No debemos acostumbrarnos al horror de la guerra, a la inhumanidad, a mirar a los demás como si no nos interesaran”, concluyó.

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