El clero de la diócesis nicaragüense de Estelí, que comprende las parroquias de los departamentos de Estelí, Madriz y Nueva Segovia, acusó al gobierno de Daniel Ortega de crear “zozobra y desorden” con la retención ilegal de su administrador apostólico, el obispo Rolando Álvarez, quien desde el pasado 19 de agosto se encuentra en resguardo domiciliar en Managua.
En un comunicado dirigido al gobierno de Nicaragua, la diócesis hizo un recuento del asedio en contra de varios integrantes de la Iglesia católica: “contribuyeron al destierro de monseñor Silvio Báez, del padre Edwin Román; le han fastidiado la vida al padre Harvy Padilla; han encarcelado al padre Manuel de Jesús García, fabricándole delitos”.
“Además de la expulsión del nuncio apostólico y otras irregularides, encarcelaron a monseñor Leonardo Urbina, sin probarle ningún deltio; no dejaron regresar al país al padre Idiáquez; le tienen retenido el pasaporte a monseñor Silvio Fonseca y expulsaron a las hermanas de la Congregación de Santa Teresa de Calcuta“.
Para el clero de Estelí, “la incitación al odio y a la violencia” de la que se le acusa a Rolando Álvarez, la inició el propio gobierno cuando el presidente Daniel Ortega, en el acto oficial de la celebración del 19 de julio de 2018, acusó públicamente a algunos obispos de ser golpistas, terroristas.
Desde entonces –acusa– “son innumerables las veces en las que ustedes, que debieran dar el ejemplo de civismo y respeto, arrojan todo tipo de improperios, ofensas y difamaciones, ya no solo a los obispos, sino también a nosotros los sacerdotes”.
En el texto se destaca que el gobierno acusa a la Iglesia de haber participado activamente en las protestas de 2018 “cuando bien saben que lo que hicimos fue una labor de mediación evitando muertes innecesarias; auxiliar a los heridos, proteger la vida de los hermanos nicaragüenses”.
Aseguran que desde entonces “han inyectado odio”, pero “el pueblo es noble y no se deja engañar, y toda esa campaña de difamación no ha calado en el corazón y la mente de nuestra gente buena y respetuosa de su fe cristiana, de sus servidores los obispos y los sacerdotes”.
Recordaron que la Palabra de Dios los empuja a ser profetas y defender los derechos humanos de las personas, así como a denunciar todo tipo de injusticias: “nosotros no secuestramos a las personas, no tenemos rehenes humanos, no fabricamos delitos para encarcelar a las personas. A nosotros nos duele la migración de nuestros paisanos, la desintegración de las familias”.
Para la diócesis de Estelí, si Dios concedió a Daniel Ortega la oportunidad de asumir nuevamente el gobierno fue para no repetir errores de la primera administración, “pero no solo los han repetido, sino que los han sobrepasado. Es realmente lamentable”.
En este contexto pidieron al gobierno que libere al obispo Álvarez, sacerdotes y laicos que fueron detenidos, pues fueron “encarcelados injustamente”; “les hacemos un llamado a la conversión y a dejar de fastidiarnos la vida, ¡déjennos trabajar en paz! Respeten la Constitución Política de la República. Hacen lo que les da la gana con las leyes, las manipulan, las crean por decreto para encarcelar ciudadanos”.
Finalmente, calificaron el actuar del gobierno como persecución a la Iglesia “por su misión profética, porque es la única capaz de denunciar sus constantes violaciones a los derechos humanos, olvidándose de que cuando persiguen a la Iglesia, en la persona de sus servidores los obispos, los sacerdotes, los laicos, es a Cristo mismo a quien persiguen”.