Murió en la ciudad de Ometepec, estado de Guerrero, a los 99 años de edad, monseñor Rafael Cortés Gaspar, a quien el papa Juan Pablo II nombró Prelado Honorario de Su Santidad en 1998.
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La tarde de este 24 de agosto se realizó una misa de cuerpo presente presidida por el arzobispo Leopoldo González en la parroquia de Santiago Apóstol de Ometepec, en cuyo jardín fue enterrado posteriormente monseñor Cortés.
El último adiós al Prelado de Honor de Su Santidad se llevó a cabo con la presencia del pueblo de Ometepec, religiosos y políticos, entre ellos, el presidente municipal, Efrén Adame, quien anunció que en un año se levantará un monumento en ese templo religioso en honor a quien, dijo: “nos enseñó a convivir en santa paz”.
Un fructífero ministerio
De acuerdo con la Arquidiócesis de Acapulco, monseñor Cortés nació en Ometepec el 7 de marzo de 1923, y ahí realizó sus primeros estudios; ingresó al Seminario de la Inmaculada Concepción en Chilapa, Guerrero, el 15 de enero de 1941 y recibió la Ordenación Presbiteral el 18 de octubre de 1951 en el Templo del Dulce Nombre de María en Chilapa.
Ejerció su ministerio como vicario parroquial en Arcelia, Guerrero, durante un año; en la Catedral de Acapulco seis meses, y en Chilapa, tres meses. También fue párroco en Arcelia, Acapulco y Chilapa, así como en Azoyú y Ometepec.
El 13 de julio de 1976 fue nombrado párroco y vicario foráneo de Santiago Apóstol en Ometepec.
En el clero es recordado como un “entusiasta constructor de iglesias“, entre las cuales destaca el actual templo parroquial de Ometepec, y todas las capillas tanto de la ciudad como de los pueblos aledaños.
El 2 de marzo de 1988 fue nombrado vicario episcopal para la Costa Chica, y un año después el obispo Rafael Bello Ruiz aceptó la renuncia de monseñor Rafael Cortés en este cargo.
La Arquidiócesis de Acapulco, que gobierna pastoralmente Leopoldo González, agradeció los 67 años de ministerio de monseñor Cortés -46 de servicio en la iglesia Santiago Apóstol de Ometepec– en bien de ese territorio arquidiocesano.
