El Comité Permanente del Episcopado chileno difundió hoy la declaración “Actitudes ante una decisión trascendental” en la que, en 6 párrafos, se refieren al plebiscito del próximo domingo en el que se definirá la aceptación o no de la propuesta de la Constitución elaborada durante un año por 154 convencionales elegidos para ese fin.
“Estos días que restan para tomar una decisión deben ser para cada uno un tiempo de reflexión personal, familiar y comunitario, cuyo horizonte debe estar puesto en el futuro de Chile y en la necesidad de que el país pueda iniciar caminos que permitan curar las heridas y reparar las fracturas de nuestra convivencia nacional”, dicen los obispos en su declaración.
Afirman también que en momentos decisivos como este “nadie puede excluirse de aportar su opinión”. Reconocen que en los años recientes han quedado de manifiesto “los graves desafíos que tenemos como nación, que se han expresado en demandas sociales, políticas y económicas”.
Al mismo tiempo indican “que el proceso vivido no ha logrado la cohesión y adhesión que muchos esperaban. La polarización de posturas políticas e ideológicas ha sido muy manifiesta”.
Los obispos hacen llaman a aceptar “los resultados del plebiscito sea cual sea la opción que obtenga más votos. Luego, es necesario evitar cualquier tipo de violencia; llamamos a todos a expresar su rechazo a cualquier expresión de la misma, que, como sabemos, termina por afectar a los más necesitados y desvalidos de la sociedad”.
“Chile y cada uno de nosotros deberemos continuar nuestro camino como nación, expresan los obispos. Ello exige una renovada generosidad y capacidad de diálogo, por lo que llamamos a todos, especialmente a los que actúan en la vida pública y en la política, a ampliar la mirada y pensar en común lo que nos pueda llevar a un Chile más justo, fraterno, menos desigual y con mejores oportunidades para todos sus habitantes”.
Finalmente, dicen que “mediante este mensaje queremos apelar al sentido ético y religioso que habita en el alma de la gran mayoría de los chilenos y chilenas, proponer sendas que nos lleven a terminar con la violencia bajo todas sus formas e invitar a ser factores de unidad y de paz”.
“El amor a Dios, al prójimo y a la Patria, son las fuerzas que deben conducirnos por caminos que edifiquen la paz social y dejen atrás tensiones y conflictos, que deterioran la convivencia y la democracia, para dar paso a la concordia, la prosperidad y la unidad”, concluyen los obispos.
Antes de difundir este mensaje, los obispos invitaron a dirigentes sociales, políticos y académicos a un encuentro en el que lo dieron a conocer para entablar una conversación sobre sus contenidos. El tema que ocupó más la atención en esa oportunidad fue cómo construir un país más justo y fraterno, buscando caminos que permitan curar las heridas y reparar las actuales fracturas de la convivencia nacional.