La editorial San Pablo trae a España la “biografía oficial” del exorcista más famoso de las últimas décadas escrita por el periodista Domenico Agasso
El legado del Padre Gabriele Amorth, sacerdote paulino fallecido en 2016, ha dado para docuseries y libros variados. El que ha sido seguramente el exorcista más conocido de los últimos tiempos cuenta ahora con una “biografía oficial” (San Pablo, 2022) accesible a todos los públicos elaborada por el periodista Domenico Agasso, vaticanista del diario turinés ‘La Stampa’ y coordinador de su portal web específico ‘Vatican Insider’. El autor comparte con Vida Nueva las claves de esta biografía en la que Dios está más presente que Satanás.
PREGUNTA- ¿En qué sentido es ésta la biografía “oficial” del padre Gabriele Amorth?
RESPUESTA- Este libro me fue confiado por la dirección de Edizioni San Paolo, la editorial de la Congregación del Padre Amorth, loa paulinos, fundados por el beato Santiago Alberione. La biografía se basa en las fuentes existentes: se ha escrito mucho sobre el Padre Amorth, se ha escrito mucho sobre él. Por eso he utilizado sus libros, especialmente los publicados junto a Paolo Rodari, Elisabetta Fezzi y Marco Tosatti. Para la extraordinaria experiencia de la Virgen peregrina en Italia, el libro de Saverio Gaeta resultó fundamental. Son preciosos los recuerdos inéditos de testigos presenciales de la obra del padre Amorth.
P.- Puede que alguno le sorprenda, pero el libro es más sobre Dios que sobre Satanás, ¿no es así?
R.- El padre Amorth tenía una fe rocosa y valiente, sin límites. Un hombre sencillo, con un corazón de niño, totalmente confiado a Dios. Libre y transparente hasta el límite de la ingenuidad. Simpático, original, irónico y autoburlón. Enamorado de la Virgen, obediente a los papas, sin dudas ni reservas. Sin embargo, también criticó duramente a los altos prelados y sacerdotes que se mostraban incrédulos ante la existencia y presencia del diablo.
Se tomó el Evangelio en serio. Todo, desde la primera hasta la última página, incluidas las más incómodas, difíciles, “fuera de moda”, porque eran exigentes hasta el límite. Fue un luchador del Evangelio contra Satanás, el máximo enemigo del hombre y del mundo, siempre en un vano intento de destruir los planes de Dios. El padre Amorth asumió la enorme tarea de enfrentarse al mal de tú a tú, para proteger a la humanidad de sus complots, la más frágil e indefensa de todas.
P.- Además de su misión como exorcista, ¿qué marca la vida de este paulino?
R.- Nunca eludió las llamadas de Dios y de sus hermanos. Partidario de la resistencia, recibe honores cívicos públicos. Político en el incipiente Partido Demócrata Cristiano, con nombramientos de prestigio: pasó a sustituir a Giulio Andreotti –llamado por Alcide De Gasperi al Gobierno– al frente de las juventudes del partido. Apreciado periodista y escritor, como todo buen hijo espiritual del Padre Alberione. Defensor de Medjugorje y de los videntes. Guía espiritual y estrella de la televisión. No le faltó nada en su apostolado.
P.- ¿De qué manera continúa el legado del Padre Amorth?
R.- En los numerosos sacerdotes desplegados hoy en día como exorcistas en la implacable lucha contra Satanás, arriesgada y misteriosa. Con la misión –casi imposible– de liberar a los hombres y mujeres del siglo XXI del poder del mal, en tiempos en que muy pocos creen en Satanás. Manteniendo la mansedumbre del Padre Amorth, su límpida mirada iluminada por la total confianza en Dios: Él será quien derrote al diablo de una vez por todas”.
P.- Para los que tienen miedo de leer la biografía de un exorcista, ¿por qué sería útil saber más sobre este religioso?
R.- El padre Gabriele Amorth murió en Roma el 16 de septiembre de 2016, a los 91 años de edad, 69 de vida paulina, 62 de sacerdocio y 30 de exorcista. Es un hombre que fascina e intriga, que difunde los valores. El libro narra una vida extraordinaria e irrepetible. Ofrece la oportunidad de mirar entre bastidores, más allá de la escena pública. Con el telón de fondo de los acontecimientos italianos desde la posguerra hasta el nuevo siglo. No sólo, por tanto, el “enemigo número uno” de Satanás, sino mucho más. En una excepcional aventura de fe que sólo terminó con la muerte. Muchos le deben gratitud y salvación, valor y esperanza.