Reunidos en la Antigua Basílica de Guadalupe, líderes de diferentes credos religiosos encendieron un cirio y elevaron oraciones para obtener de Dios el don de la paz.
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Bajo el lema: “Qué hermosos son sobre las montañas los pies del mensajero que proclama la paz”, los participantes dejaron en claro que la paz no se fabrica ni se inventa sólo con las capacidades humanas, sino que hay que pedirlo con humildad a Dios como un regalo sublime.
Tras el encendido del cirio, a cargo del obispo auxiliar de México, Salvador González Morales, cada líder religioso, según su tradición litúrgica, compartió una oración.
Hilario González García, de la Comisión de Diálogo Interreligioso y Comunión, de la Conferencia del Episcopado Mexicano, llamó a todos los mexicanos de buena voluntad a abrir su mente y corazón a las buenas ideas, a los buenos sentimientos para que, juntos, se realicen buenas obras que procuren la paz y el bienestar a México, “tan desgarrado por la violencia y la crueldad”.
El valor de la justicia
El reverendo Miguel Ortiz Saavedra, de la Iglesia del Pacto Evangélico, dijo que la paz se construye a lo largo de generaciones: “Te pedimos que nuestra oración no sólo se quede en palabras y en sonidos, sino que sean acciones concretas. Ayúdanos a enseñar a los niños de nuestras comunidades, que el valor de la justicia y los pasos justos construyen una comunidad en paz”.
Otro de los participantes fue el reverendo Moisés Pérez Espino, de la Iglesia Luterana, quien pidió a Dios su ayuda para construir la paz en México, “Bendice nuestros pies para que nos lleven a llevar la reconciliación donde quiera que haga falta; bendice nuestras manos para hacer acciones que contribuyan a que la paz sea una realidad”.
Por su parte, el reverendo Cirilo Cruz, del Concilio Latinoamericano, recordó que el Pueblo Judío, cuando era esclavo en Egipto, lo primero que hizo fue orar. Y Dios envió a Moisés porque había escuchado sus oraciones.
Caminar juntos
“Señor, te invitamos para que en fe y en oración nos des estrategias para que en nuestro trabajo y en nuestro hacer puedas estar ahí, porque estamos confiados en que tú eres el Dios de la paz. Señor, estamos angustiados, estamos afligidos por la ausencia de paz en nuestra nación”.
Juan Abdías Pérez, de Comité Nacional Evangélico Defensa, se refirió a México como un país lacerado: “Caminemos juntos, vayamos y provoquemos lo que Dios nos ha enseñado: que seamos personas capaces de ser empáticos, que seamos solidarios y que aprendamos del amor puro y verdadero que fue derramado en la cruz”.
También estuvieron presentes los líderes religiosos de la Eparquía Maronita, Iglesia Ortodoxa en América, Iglesia Ortodoxa Griega, Iglesia Anglicana de México, Comunidad Bahá’í de México, Concilio Islámico de México, Centro budista de México, Budismo Zen y Sikh Dharma México Mansukh. Al final de la celebración, todos encendieron su propio cirio y elevaron en conjunto un “amén”.
Foto: Arquidiócesis Primada de México