Los elevados precios de la energía, unido a la disminución del número de sacerdotes y fieles, han llevado a la diócesis holandesa de Roermond a instar a sus aproximadamente 290 parroquias a eliminar algunas misas, tal como recoge Reuters.
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En los Países Bajos la energía eléctrica depende mayoritariamente del gas, por lo que se ha visto enormemente afectada por la guerra de Ucrania. Así, el pasado mes de agosto el precio de la energía se disparaba un 90%, alzando la inflación hasta el 13%.
“Los sacerdotes deben ser prácticos”
“Las finanzas no pueden ser un factor dominante, pero tampoco podemos ignorarlas“, señalaba el portavoz diocesano, Matheu Bemelmans. “Si solo tienes un puñado de personas que donan un euro, eso no es suficiente para cubrir la factura de la calefacción”, explicaba.
“A veces simplemente no es posible encontrar un sacerdote para dar un servicio en cada iglesia todos los fines de semana”, continuó Bemelmans. Por eso, la diócesis ha pedido que, “si hay iglesias con solo unos pocos visitantes”, los sacerdotes deben “ser prácticos” y “salten la misa una semana”. Eso sí, siempre que se hayan asegurado de que “esas personas puedan seguir la misa en otra iglesia”.