Carlos Hipólito es uno de esos grandes de perfil bajo. Haga lo que haga siempre está sobresaliente. Y en el camino no se cansa de hacer amigos y de repartir alegría. Hablamos con él en un impasse de su gira’ Oceanía’, que le llevará por más de 50 ciudades.
- PODCAST: Los cardenales se aglutinan alrededor de la reforma de Francisco
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PREGUNTA.- ¿Qué es ‘Oceanía’?
RESPUESTA.- Un monólogo hermosísimo que escribió Gerardo Vera junto a José Luis Collado y que cuenta una historia muy emocionante de un niño peculiar que intenta buscar su lugar en el mundo en un entorno poco favorable.
P.- ¿Por qué rechazaba hacer monólogos?
R.- Porque lo que más me gusta del escenario es estar con otros y que pasen cosas… pero este libreto está por encima de casi todo. Y ahora le estoy cogiendo mucho gusto.
Amar y entender al personaje
P.- ¿Es necesario amar al personaje o se puede interpretar a un ser detestable?
R.- A veces hay que hacer personajes que a uno le repugnan. Siempre que estén dentro de una historia que cuente algo con lo que esté de acuerdo, no me importa. Si una obra está defendiendo el asesinato, no quiero hacer de asesino, pero si evidencia lo terrible del hecho, entonces sí. Y no necesito quererle, solo entenderle.
P.- Si el teatro se inventó para que los hombres se pusieran en paz con los dioses… no nos luce demasiado el pelo.
R.- Es cierto que el teatro se inventó con ese fin pero, a pesar de tantos siglos habiendo representaciones, no lo conseguimos. (…)
Un hogar muy teatral
P.- Casado con una magnífica actriz, Mapi Sagaseta, padre de una actriz que empieza a despuntar, Elisa Hipólito, ¿su casa es puro teatro?
R.- (Se ríe) Un poco sí. Mapi y Elisa son dos actrices que admiro y dos mujeres que amo.
P.- Según le miro, me lo imagino interpretando al papa Francisco…
R.- ¡Me hace gracia que me lo digas! En una película que dirigió Beda Docampo, ‘Francisco: El padre Jorge’, y que protagonizaba Darío Grandinetti, hacía un pequeño papel. Con sinceridad, me encantaría hacer de Francisco, en cine o teatro, porque este Papa me parece un hombre que le está haciendo mucho bien a la humanidad y a la Iglesia, pues la está llevando por caminos muy sensatos. ¡Que nos escuchen y me den el papel!