En una entrevista con una televisión portuguesa, Francisco confiesa que su rodilla “se ha resentido” tras la visita a Canadá y afirma que está en contacto telefónico con las autoridades ucranianas y rusas
El papa Francisco descarta por el momento que vaya a viajar a Kiev o a Moscú, aunque mantiene el diálogo abierto con los líderes de ambos países para tratar de poner fin a la guerra, iniciada el pasado mes de febrero con la invasión a Ucrania ordenada por el líder ruso, Vladímir Putin. En una entrevista con el canal de televisión TVI/CNN Portugal, realizada el mes pasado pero cuyo contenido no fue adelantado en parte hasta este domingo, Jorge Mario Bergoglio apostó por la diplomacia para poner fin a este conflicto: “Siempre he creído en el diálogo”, pues se trata de un elemento que diferencia al hombre del resto de animales, que actúan “por puro instinto”.
“El diálogo es dejar de lado el instinto y escuchar. Es difícil el diálogo. Pero se empieza en la familia: si no se dialoga y sólo hay gritos y peleas, los niños no saben dialogar”, afirmó el Pontífice, para quien “dialogando se va adelante”. Al ser preguntado por la posibilidad de viajar a Kiev o a Moscú, Francisco reconoció que es algo que “está en el aire”, en parte por sus problemas de salud. “Después del viaje a Canadá se resintió un poco el restablecimiento de la rodilla”, dijo el Papa, cuyo médico le ha pedido que no haga más esfuerzos hasta la visita a Kazajistán que realizará la próxima semana.
Tras explicar que está en contacto por teléfono tanto con los dirigentes rusos como con los de Ucrania, Bergoglio recordó que varios cardenales han visitado en los últimos meses a Kiev. “Mi presencia ahí es fuerte”, afirmó, señalando más adelante que hace “lo que puede” e instando a la opinión pública a presionar igualmente para que llegue la paz. “Pido a toda la gente que haga lo que pueda. Entre todos se puede hacer algo. Y acompaño con mi dolor y con mi oración. Es muy trágica la situación”.
En la entrevista el Papa también habló sobre la crisis de los abusos sexuales a menores cometidos por eclesiásticos. “Yo diría que hay que tener una visión de conjunto y procurar que no se tapen las cosas, porque en algunos sectores, como la familia, se tiende a tapar. Agarremos el porcentaje que nos toque a nosotros y vamos por ello”, declaró Francisco, para quien resulta siempre “monstruosa” la pederastia, aunque se trate de un solo caso. “Tú cura o monja tienes que llevar a ese niño a Dios y con eso le destruyes la vida. Es monstruoso, es destruir vidas”.
Bergoglio consideró erróneo relacionar el celibato sacerdotal con el abuso, considerando que este constituye “una cosa destructiva, humanamente diabólica”. También confesó que “sufre” por los casos que le presentan, aunque resulta “necesario afrontarlos”. A su juicio, un sacerdote que ha cometido abusos “no puede continuar siendo sacerdote”. El presbítero existe “para encaminar a los hombres a Dios y no para destruirlos en nombre de Dios. Tolerancia cero. Y tenemos que continuar así”.