Europa

El cardenal Zuppi entra en la campaña política italiana: “La polarización nunca es buena”

“Allí donde la política ha utilizado categorías pseudoteológicas o espirituales para contaminar la vida eclesial, al final todos han perdido”, advierte el presidente de la Conferencia Episcopal





“Las polarizaciones no van bien en todas partes, porque tomar partido no hace que la gente entienda”. Esta es la máxima preocupación del cardenal Matteo Zuppi, arzobispo de Bolonia y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, ante las próximas elecciones generales que se celebran en el país el próximo 25 de septiembre. El purpurado, en un encuentro con los periodistas, señaló que para los los católicos en política “la gran brújula y punto de referencia es la doctrina social de la Iglesia, que siempre pone a la persona en el centro y defiende la vida”.



En política, añadió Zuppi durante la presentación de los actos de la fiesta de san Francisco de Asís, patrón de Italia, “empezamos por los que más sufren y no son tratados como personas. La Iglesia es de todos, pero especialmente de los pobres”. En una amplia entrevista en L’Osservatore Romano destacó que “la Iglesia italiana está atravesando problemas diferentes y no sencillos, pero también creo que puede presumir de una prerrogativa importante: es una Iglesia rica en espiritualidad y caridad para los pobres. Y creo que es desde aquí desde donde debemos empezar de nuevo”.

Contaminar la política

“Hay que decir que la polarización es el sello de la sociedad actual en su conjunto. Y los cristianos no son ajenos a la sociedad. La polarización reina en todos los temas, grandes y pequeños. Creo que es la respuesta instintiva y simplificadora a la complejidad del mundo en que vivimos”, destacó. Para el cardenal “debemos afrontar la complejidad sin miedo, planteando preguntas, especialmente las relativas al ‘quién’, es decir, poniendo a la persona en el centro. Este es el camino de la simplicidad y no de la simplificación”. También advierte que “allí donde la política ha utilizado categorías pseudoteológicas o espirituales para contaminar la vida eclesial, al final todos han perdido. Debemos tener mucho cuidado con esto. Y no sólo por las explotaciones externas, sino también por las divisiones internas. Ay de nosotros si caemos en las trampas de, por ejemplo, los falsos contrastes entre lo social y lo espiritual, o las divisiones, a menudo artificiales, sobre cuestiones éticas. En cuestiones éticas, no podemos limitarnos a repetir las lecciones del pasado, sino que debemos encontrar nuevas palabras para nuevas preguntas”, propone.

El presidente señala también que “la fuerza de la secularización de la sociedad italiana me parece omnipresente en todas partes, aunque las formas en las que se manifiesta son muy diferentes en las distintas regiones del país”, un “desierto” en el que hay “nueva búsqueda de agua”, apunta. Zuppi también reivindica la necesidad “la enseñanza de la religión para entender el mundo en el que estamos, nuestras raíces. Necesitamos una alianza con laicos -incluso ateos- que comprendan bien la importancia del conocimiento religioso en un sistema cultural, como el italiano, profundamente impregnado del hecho religioso. Hacerlo creo que es la mejor defensa contra el extremismo”.

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