Llevaba en Nicaragua desde 2018, pero las presiones gubernamentales de Daniel Ortega hacían que el nuncio del Vaticano Waldemar Stanisław Sommertag tuviera que salir del país. Ahora, el Papa le ha dado un nuevo destino en África.
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Y es que, tal como ha informado hoy la Santa Sede, el Papa ha puesto en manos de Sommertag la nunciatura de Senegal, Cabo Verde, Guinea-Bissau y Mauritania.
Una decisión “incomprensible”
El pasado mes de marzo la Santa Sede confirmaba la salida del nuncio de Nicaragua, después de que el Gobierno de Ortega retirase su beneplácito de diplomático. En aquel momento, el Vaticano afirmaba que recibía la noticia “con sorpresa y dolor”, sobre todo porque a Sommertag se la ha imponía, entonces, “que dejara inmediatamente el País después de notificarle esa medida”.
Para el Vaticano resultaba “incomprensible” esta disposición ya que “durante su misión”, el nuncio “ha trabajado incansablemente por el bien de la Iglesia y del pueblo nicaragüense, especialmente por los más vulnerables”.
De hecho, Sommertag llegó a participar como testigo y acompañante de la Mesa de Diálogo Nacional entre el Gobierno y la Oposición política, “en vista”, tal como subrayaba el Vaticano, “de la reconciliación nacional y de la liberación de los presos políticos”.
