El presidente de la Conferencia Episcopal de Asia Central ha participado en una conferencia de Ayuda a la Iglesia Necesitada sobre la próxima visita del Papa al país
La fundación de la Santa Sede Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) ha organizado hoy la conferencia online ‘Kazajistán: El país que visitará el Papa Francisco durante el congreso mundial de líderes religiosos’, en la que ha intervenido José Luis Mumbiela, obispo de la Diócesis de la Santísima Trinidad en Almati, Kazajistán, y presidente de la Conferencia Episcopal de Asia Central.
Durante su intervención, el prelado, que se encuentra en el país que la próxima semana visitará el papa Francisco, ha subrayado que para el país este viaje es “una gran fiesta”, ya que el Papa “es muy querido”. De hecho, Mumbiela, de origen español, ha subrayado que aunque en Kazajistán solo el 1% de la población es católica, existe mucho interés por la figura de Francisco.
“Te sorprende como incluso la gente no cristiana sabe que viene el Papa y se interesan por ello”, ha dicho. Asimismo, Mumbiela ha asegurado que “la figura del Papa siempre es importante” y que “hay muchos que, aunque no tengan tu fe, ve en ti una luz de esperanza”.
La última visita de un Papa a Kazajistán fue en 2001, cuando Juan Pablo II viajó al país solo 10 días después de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos. “Aquella visita de fue un gran impulso para este país”, ha recordado el obispo, apuntando, además, que el Papa “nunca dudó” en ir. Ni siquiera por temas de seguridad.
“Juan Pablo II no vino únicamente a encontrarse con los católicos, sino también a apoyar la independencia y la libertad de Kazajistán”, ha aseverado el obispo. En este sentido, “la visita de Francisco, ahora, también es un apoyo al país y a la paz, sobre todo en relación a los últimos acontecimientos”, ha apuntado, haciendo referencia a los ocurrido el pasado mes de enero, cuando al menos 164 personas muerieron en los enfrentamientos violentos tras las protestas contra el gobierno.
En cuanto al objetivo del viaje, Mumbiela ha señalado que “la presencia del papa Francisco en este contexto es una llamada especial a dejar abrir la puerta a la esperanza. Demostrar que la religión es camino de paz”.
El obispo ha explicado también la situación de la libertad religiosa en el país, la cual ha calificado como “óptima”. “Hay que reconocer que, en este sentido, es el mejor país de Asia central. Incluso mejor que en países vecinos en los que el cristianismo es mayor”, ha reconocido. “Estamos muy contentos con la actitud de diálogo y apoyo para facilitar que la ley se cumpla y que la gente tenga libertades”.