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McElroy, tras la cumbre de cardenales: “Praedicate Evangelium no se retocará, se desarrollará”

“Algunos cuestionaron que los laicos pudieran ser jefes de dicasterio”, desvela el obispo de San Diego de las reuniones de estudio de la nueva constitución de la curia





Uno de los recientes cardenales es el estadounidense Robert W. McElroy, obispo de San Diego de 68 años. El pupurado ha desvelado que el papa Francisco –tras preguntarle por su operación de corazón– le pidió “que siguiera dando testimonio en la vida de la iglesia en los Estados Unidos sobre los temas importantes que hay y que vendrán”.



Laicos en la curia

McElroy, en una entrevista para la revista ‘America’, ha destacado la jornada de estudio de la nueva constitución para la reforma de la curia ‘Praedicate Evangelium’, donde desatacó las reuniones en pequeño grupo y los retos que lanza la sinodalidad a las diferentes diócesis. El purpurado destaca la “tremenda apertura” que hubo en las sesiones plenaria y considera que ha sido “una reunión útil y productiva, no sólo para aprender más unos de otros, sino también para reflexionar sobre cuestiones importantes a nivel mundial y sobre los retos a los que se enfrentan las iglesias locales”.

Entre los temas surgidos, destaca que “algunos cuestionaron que los laicos pudieran ser jefes de dicasterio” y que los que son obispos han visto líneas para, “con el tiempo” implantas algunos elementos en la propia diócesis. “Creo que había un sentimiento generalizado de que ciertos dicasterios debían tener sistemáticamente obispos al frente –por ejemplo, el Dicasterio para los Obispos, el Supremo Tribunal de la Penitenciaría Apostólica, el Dicasterio para el Clero–, pero había muchos otros que no era necesario. Así que el pensamiento fue que, con suerte, el Papa va a especificar eso a medida que el documento se desarrolle y se ponga en práctica”, confesó.

El futuro de la sinodalidad

Y es que, aunque se hagan ajustes, reiteró que “el documento ha sido promulgado. Está ahí. Es un buen documento, y creo que funciona de dos maneras. Uno es como una orientación de la Curia Romana en cuanto a cuál es su misión y cómo debe llevarla a cabo” y, el segundo aspecto es “la noción de discipulado misionero” que “no se trata de un mantenimiento o de un estancamiento. Se trata de la implicación de la Curia y de toda la Iglesia, por supuesto, en la expansión de la labor de predicación del Evangelio de Cristo y del kerigma y en el acercamiento de la gente al Señor y a la Iglesia. Así que creo que ese es el conjunto de principios fundacionales”. “Praedicate Evangelium no se retocará, se desarrollará”, recalcó. “Es una reorientación de la Curia Romana–no es que no hubiera elementos de estas cosas y siempre los ha habido–, pero para enfatizar eso”, resaltó.

McElroy también percibe que frente a quienes podrían ser reticentes al énfasis en la iglesia sinodal, este no ha sido “sentimiento fuera predominante”, aunque surgió en algunos grupos de trabajo. Puesto que la teología de la sinodalidad afirma la naturaleza jerárquica de la iglesia advirtió “que la noción de comenzar con la naturaleza jerárquica de la iglesia, en lugar de con un concepto sinodal o algo cercano a la sinodalidad, para mí corre el riesgo de retroceder a la visión de la iglesia que la ve en primer lugar como una sociedad perfecta en lugar del pueblo peregrino de Dios. Creo que ese es el problema de la crítica a la sinodalidad tal y como se ha presentado”. Algo que, señala, está presente en algunas de las aportaciones para el próximo sínodo. Aun así, reitera que “absolutamente” hubo un amplio apoyo en la reunión al enfoque sinodal.

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