“Estamos desolados por la muerte de Su Majestad la Reina. Incluso en el dolor, compartido con tantos en todo el mundo, me llena un inmenso sentimiento de gratitud por el regalo al mundo que ha sido la vida de Isabel II. Rogamos por el descanso de su alma”. Así lo ha expresado el cardenal arzobispo de Westminster y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Inglaterra y Gales, Vincent Nichols, al comunicarse la muerte de la monarca a los 96 años.



“El 21 de abril de 1947, en su vigésimo primer cumpleaños, la princesa Isabel dijo: ‘Declaro ante todos ustedes que toda mi vida, ya sea larga o corta, la dedicaré a su servicio’. Ahora, setenta y cinco años después, estamos llenos de admiración por la forma infalible en que cumplió esa declaración”, ha comenzado recordando el purpurado británico.

Como ha destacado Nichols, “la fe cristiana marcó cada día de su vida y actividad”. De hecho, ha señalado que “en su mensaje navideño del Milenio, dijo: ‘Para muchos de nosotros, nuestras creencias tienen una importancia fundamental. Para mí, las enseñanzas de Cristo y mi propia responsabilidad personal ante Dios proporcionan un marco en el que trato de llevar mi vida. Yo, como muchos de ustedes, he obtenido un gran consuelo en tiempos difíciles de las palabras y el ejemplo de Cristo'”

“Esta fe, tantas veces y tan elocuentemente proclamada en sus mensajes públicos, ha sido una inspiración para mí, y estoy seguro que para muchos. La sabiduría, la estabilidad y el servicio que encarnó constantemente, a menudo en circunstancias de extrema dificultad, son un legado brillante y un testimonio de su fe”, ha recalcado el cardenal.

“Seguirá siendo una luz brillante en nuestra historia”

Por eso, “nuestra oración es que ahora sea recibida en la presencia misericordiosa de Dios, para reunirse allí con su amado Felipe. Esta es la promesa de nuestra fe y nuestro profundo consuelo”, ha agregado.

Según sus palabras, “la reina Isabel II seguirá siendo, siempre, una luz brillante en nuestra historia. Que ahora descanse en paz”. Y “oramos por Su Majestad el Rey, mientras asume su nuevo cargo incluso mientras llora a su madre. Dios salve al rey””, ha subrayado Nichols.

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