Siguiendo la tradición juró mantener la independencia de la Iglesia de Escocia para mantener sus actividades y su regulación a través de la Asamblea General
Con el anuncio del nuevo rey se formaliza la sucesión en la monarquía británica tras el fallecimiento de Isabel II. Carlos III ha sido oficialmente proclamado como soberano en la mañana de este sábado, 10 de septiembre, desde el balcón del palacio de Saint James, en Londres, tras la reunión de llamado Comité de Adhesión.
En la reunión, presidida por la parlamentaria Penny Mordaunt como lord presidenta del Consejo Privado, se leyó el texto de la proclamación, que fue firmada un grupo que en los que estaban Camila, la reina consorte; Guillermo, el príncipe de Gales; Justin Welby, el arzobispo de Canterbury; Stephen Cattell, el arzobispo de York; y otras autoridades políticas.
Por su parte, Carlos III, ante el Consejo anunció la muerte de su madre, Isabel II; e hizo un juramento para preservar la Iglesia de Escocia y firmó dos documentos para su registro. Y es que en Escocia existe una división de poderes entre la Iglesia y el Estado, y la Iglesia se gobierna a sí misma en todo lo que concierne a sus propias actividades siendo su autoridad suprema la Asamblea General, presidida por un moderador elegido cada año por la propia Asamblea. Por ello, desde Jorge I en 1714 se incluye este juramento.
Ya en el balcón del ‘Friary Court’ del Palacio de Saint James el Rey de Armas Principal de la Jarretera leyó la proclamación antes de que se replicase en Edimburgo, Cardiff y Belfast, las capitales de Escocia, Gales e Irlanda del Norte, respectivamente. En dicha proclamación se invocó la misericordia de Dios Todopoderoso para proclamar a Carlos III “rey por la gracia de Dios” y “defensor de la fe, a quien reconocemos nuestra fe y obediencia”. Finalmente se pidió la bendición de Dios para su reinado.
Posteriormente en el Palacio de Buckingham, el ya proclamado Rey y cabeza de la Iglesia de Inglaterra, mantendrá audiencias con lideres religiosos, con el gobierno en pleno y con los líderes de la oposición en la Cámara de los comunes.
El nuevo monarca, en su primer discurso a la nación, destacó que “en el curso de los últimos 70 años, hemos visto a nuestra sociedad convertirse en una con muchas culturas y creencias”. Un cambio que también se ha producido en las instituciones como la monarquía, su papel y “la particular relación del soberano y la responsabilidad hacia la Iglesia de Inglaterra, la Iglesia en la que está profundamente arraigada mi propia fe”.
“En esa creencia, y los valores que inspira, he crecido para apreciar el sentido del deber a otros, y guardar el mayor respeto por las preciadas tradiciones, libertades y por responsabilidad de nuestra historia y nuestro sistema de gobierno parlamentario”, reiteró. “Como hizo la propia reina con esa devoción inquebrantable, yo también me comprometo solemnemente, en el tiempo restante que Dios me conceda, a mantener los principios constitucionales que están en el centro de nuestra nación”, apuntó.