“Predicadores de la belleza que cura y que hace avanzar en el camino”. Así definió el papa Francisco a directores de cine como Denzel Washington y Lee Isaac Chung, actores como Patricia Heaton y Eduardo Verástegui, diseñadores como Eva Cavalli o cantantes tan variopintos como Andrea Bocelli o Alessia Cara.
Lo hizo en el Vitae Summit, el encuentro que durante dos días reunió en el Vaticano a veinticinco artistas internacionales. Entre ellos, también estuvo presente J Balvin, máximo exponente del reggaeton, que ha hecho viral varios selfies junto al Santo Padre: “Pocos nos tomamos un selfie sonriendo y otro flow latino gang con el papa Francisco. Siempre en vibra alta, amor y tolerancia”, escribió el artista colombiano en Instagram.
En el vídeo que incluye –en el que el propio Balvin le enseña los selfies en su teléfono–, se oye al Papa decirle: “Es que vos sos travieso”. El intérprete colombiano lo tiene claro, Francisco es una inspiración: “Para mí este es el Papa más cool que me ha tocado desde que yo nací”, dijo después los medios.
Durante los dos días del Vitae Summit –el 31 de agosto y el 1 de septiembre– se mantuvieron varias conversaciones entre los veinticinco cineastas, diseñadores y músicos invitados por la Fundación Vitae Global, incluida una cena en los Museos Vaticanos.
El mensaje del Papa define en sí mismo el objetivo de este primer foro en torno a la industria del entretenimiento: “El Santo Padre reiteró la necesidad, sobre todo con los jóvenes, de comunicarles el Evangelio, el testimonio y el acompañamiento, que surgen del propio diálogo con Dios”, según Matteo Bruni, director de la oficina de Prensa de la Santa Sede.
“El Papa señaló algunos caminos de la comunicación, como la verdad, la bondad y, particularmente para los artistas, la belleza, el camino de la contemplación”, describió Bruni. “La belleza os hace bien, la belleza cura, la belleza os hace avanzar en el camino”, les dijo Francisco a los participantes en la Casina Pío IV.
El deseo de Francisco es que el arte “abra puertas, toque corazones y ayude a caminar hacia adelante”, como resumió Bruni. En otras palabras, una ética para el arte que aporte, entre otros valores, “respeto por la persona, por el camino que hace”. Enseñar a avanzar, más que a obtener. El diálogo, según reconoció la Santa Sede, originó un mutuo enriquecimiento, que tendrá continuidad.
“La idea es iniciar una conversación acerca de cómo poder tener un impacto en la cultura de una manera transformacional a través de la industria del entretenimiento, las artes y los medios de comunicación, con valores universales que fomentan el encuentro y la esperanza. Queríamos tener una conversación, un momento de reflexión, trabajando todos juntos en mesas, con dinámicas que tenemos con facilitadores, para poder llegar a conclusiones”, según describió Luis Quinelli, fundador y presidente de la Fundación Vitae Global a Radio Vaticana.