La primera noción que tuvo de esta novela fue leyendo una entrevista de Oliver Sacks en la que hablaba de la memoria. A partir de ahí, Susana Fortes, finalista del Premio Primavera y del Premio Planeta, edificó este adictivo ‘thriller’ en el que juega con la memoria de una niña desaparecida junto a dos amigos durante su infancia en Galicia. Crecerá como una superviviente sin recordar lo ocurrido aquel día… hasta que los cadáveres de los niños aparecen enterrados de un modo ritual.
PREGUNTA.- ‘Nada que perder’ arranca con la desaparición de tres niños, en 1979, y solo sobrevive una de ellos, pero es incapaz de recordar qué ocurrió. ¿La lucha contra el recuerdo es su pesadilla o su salvación?
RESPUESTA.- Digamos que su trauma es parte esencial de la trama. Es una novela de intriga con muchos elementos psicológicos en juego y donde esa incapacidad de Blanca para mostrar sus emociones, que tienen que ver con ese ‘shock’, sea el que sea, es el ovillo de la novela. Y acentúa el mecanismo lento de ir desvelando los hechos.
P.- Hasta la edad adulta, ella sigue unida por un hilo invisible a los dos hermanos desaparecidos… Incluso los ve…
R.- Cierto: no se han roto los lazos ni con la muerte. Primero los ve como amigos invisibles en su infancia, y de adulta sigue viéndolos, porque, en ciertos lugares, las ánimas nos llaman, nos convocan. Es el elemento que recorre la tradición en ese poblado del Monte de Santa Tecla donde aparecen los restos de los dos hermanitos. Esa es la creencia gallega sobre el culto ancestral a los desaparecidos, a los antepasados…
P.- Y el pueblo, con sus silencios, sus murmullos, actúa como un protagonista más…
R.- Es una historia de habitación cerrada. Estamos en un universo pequeño y todo ocurre en unos espacios donde aunque todos se conocen, mantienen sus universos con cerrojos y los misterios de las familias se ahogan de puertas adentro. El lugar es un caldo de cultivo impresionante para esta intriga. Nada más nacer empezamos a perder la infancia, la inocencia, la casa en que nacimos, a ciertos seres queridos… La vida es la forma en que convivimos con todo lo perdido para seguir adelante, con nuestra fe, nuestra fuerza. (…)