El cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona, dedica su carta dominical a la celebración de la ‘Diada’ de Cataluña que en esta ocasión llega con polémica en lo político. El purpurado destaca con esta ocasión que “la Iglesia católica se pone al servicio de cada pueblo en el que está arraigada, de acuerdo con las circunstancias de cada lugar y de cada momento”.
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Un pueblo solidario
Omella invita a los cristianos a cumplir los “deberes cívicos, con responsabilidad y participación”, cada uno “desde su lugar y función” para el “fomento del bien común”. En este sentido recuerda el documento de los obispos de Cataluña “Al servicio de nuestro pueblo” de 2011, en que reiteraban que “como pastores de la Iglesia, manifestamos nuestro profundo amor por el país y nos ponemos a su servicio, porque sentimos la urgencia de anunciarle la persona de Jesucristo y su Reino, que son para nosotros el tesoro más grande que tenemos”.
El arzobispo reitera la misión de la Iglesia que intenta “llevar a cabo con ilusión y alegría, sabiendo que el camino no será siempre llano” en una sociedad secularizada, “en la que el sentido de Dios y el mensaje de Jesucristo son eclipsados por ideales efímeros”. Ante esto, apunta, “la propuesta de verdad que ofrece el Evangelio llega a muchas personas y transforma sus vidas”, como se ven en signo como que “el pueblo catalán es solidario y se arremanga cuando es necesario para ayudar a los hermanos”. “La Iglesia católica, consciente de vivir en un mundo plural, se siente llamada a comunicar esperanza y a contribuir a la cohesión social, poniéndose día tras día al servicio de todos y, sobre todo, de los más pobres”, concluye.
