El gobierno cubano someterá a referéndum el “nuevo código de las familias” el próximo 25 de septiembre, un texto legal que preocupa a los obispos y que ha hecho que la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba haya publicado un mensaje en el que los prelados cumplen el mandato de Juan Pablo II durante su visita en 1998: “Cuba, cuida tus familias, para que conserves sano tu corazón”.
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Voto en conciencia
El resultado de la votación será vinculante y si el código es rechazado seguirá vigente la norma de 1975, algo que, advierten los obispos, no permitirá “actualizar la legislación familiar” dejando de lado los “aspectos positivos quecontiene esta ley”. Entre estos destacan “que se rechaza la violencia en el seno de la familia, la manera en que se recogen yprotegen los derechos de los abuelos, el modo en que se inserta el cuidado de los ancianos, personas en situación de discapacidad y vulnerables”, así como el reconocimiento de los derechos del niño o las necesidades de las embarazadas.
Ahora bien, los prelados critican que en la ley “no beneficia a la familia cubana la introducción en nuestra legislación de los contenidos de la llamada ‘ideología de género’, que sustenta muchas de las propuestas”, la “autonomía” que permite a los menores tomar decisiones médicas irreversibles, la adopción “legalmente por parejas del mismo sexo” así como otras medidas que hacen imposible el principio de que “todo hijo es un don y un fin en sí mismo; es un derecho del niño tener un papá y una mamá”; los vientres del alquiler o el matrimonio entre personas del mismo sexo –algo que incluso se opone a lo que marca la Constitución cubana–.
“Vemos con desilusión que éstas y otras propuestas que resultaron notoriamente cuestionadas por parte de la sociedad, siguen intactas en el Código que se presenta ahora a referendo”, lamentan los obispos que denuncian “la campaña oficial para presentar como idóneo el texto que se propone, para lo cual se han utilizado todos los medios de comunicación a que tenemos acceso los cubanos”. Los obispos recuerdan que “para que el voto sea tal, se requiere contar con pluralidad de información que permita al ciudadano asumir su propia decisión. La información, al fluir en un solo sentido, sin otros contrapesos, opera como un factor condicionante, y el voto que de la misma se derive expresará, necesaria e inevitablemente, una voluntad condicionada”. Ante esta realidad, apelan “a la conciencia y a la responsabilidad de todos los cubanos, creyentes o no, a que tengan en cuenta a la hora de votarlo que les dicte su conciencia, su fe, sus convicciones y principios, pensando no sólo en las generaciones actuales, sino también en las futuras, y en el bienestar espiritual y material de todos los cubanos”.