Por primera vez, la vicepresidenta habló del atentado en una convocatoria que hizo frente a un sector de la Iglesia
“Yo quería que mi primera actividad pública, fuera de mi despacho, fuera con ustedes. Yo siento que estoy viva por Dios y por la Virgen, realmente. Así que, me pareció que si tenía que agradecer a Dios y a la Virgen, tenía que hacerlo rodeada de curas, por los pobres, de curas villeros, de hermanas laicas y religiosas”, aseguró la vicepresidenta de la Argentina, Cristina Fernández, visiblemente conmovida.
Dijo que lamentaba la ausencia de sus amigas, las carmelitas de San Nicolás, a quienes invitó, pero entendía que al ser religiosas de clausura no iban a poder asistir.
La expresidenta comentó que el papa Francisco la llamó al otro día del ataque y que le dijo que los actos de odio y de violencia son precedidos por palabras de odio y violencia. De esta manera, aludió a la frase mencionada con frecuencia por el oficialismo y muy cuestionada por la oposición: “mensajes del odio”.
Con respecto a la Misa que durante el fin de semana se realizó en la Basílica de Luján y donde se rezó por su vida, afirmó que no quiso ir para no entorpecer con su presencia un momento muy especial.
“Lo más grave no es lo que me pudo haber pasado a mí, lo más grave fue haber roto un acuerdo social que había desde 1983, recuperar la democracia fue recuperar la vida. Lo del otro día fue una ruptura que tenemos que volver a reconstruir“, expresó la titular del Senado de la Nación.
Señaló que no quería hablar de aquel día (el del atentado), sino “… de mi país, de nuestro pueblo, de lo que ustedes ven y viven en los barrios. De la inflación y los precios y la necesidad de las personas”. Agregó que su gobierno no era Disneyworld, pero había trabajo, esperanza y expectativa.
Habló de importancia de que haya diálogo político con la oposición. “Esa pasión que tenemos para que la gente vuelva a comer o tener trabajo no lo vamos a lograr únicamente los que pensamos de una manera… la gracia no está en juntarse con los que piensan igual, sino con los que piensan distinto y ver si en economía, al menos, podemos tener un acuerdo mínimo”.
Finalmente, dijo que le copió una frase a Francisco: “Por favor, recen mucho, mucho, por mí, porque lo necesito“, expresó ante los curas villeros, los curas de la opción preferencial por los pobres, y frente a religiosas y consagradas.