El presidente de la Conferencia Episcopal Española clausura las VII Jornadas de Actualización Pastoral de la Universidad de Navarra
“La nación europea que menos apoyo hace a la familia es España. No hay nacimientos. No es que la cantera de sacerdotes tenga un hándicap en el futuro, es que tampoco habrá tantos médicos, ni maestros y tendrán que venir de fuera”. Así lo afirmó en la Universidad de Navarra el cardenal y arzobispo de Barcelona, Monseñor Juan José Omella.
Las declaraciones las hizo en la sesión de clausura de las VII Jornadas de Actualización Pastoral, de la Facultad de Teología, donde habló ante más de 300 personas sobre los diferentes motivos de alegría en la vida sacerdotal, en este momento de la historia que él mismo calificó de “complicado”.
Para el cardenal Omella, el gran reto que los católicos tienen hoy es “evangelizar nuestra sociedad anunciando explícitamente el mensaje de Jesús”. Una labor que, tal y como explicó, no corresponde solo a los sacerdotes, sino que es una tarea de todos los cristianos: “Es la Iglesia en salida, a la que se refiere el papa Francisco. Hemos pasado de una España muy católica a ser un país de misión. Tenemos que ir con nuestro testimonio de palabra, y sobre todo con nuestros hechos, para mostrar la belleza del Evangelio, que siempre ha sido y será una novedad”.
Asegura que para eso “no existe una receta”, pero sí destacó tres elementos que deben vivir los cristianos para llevarlo a cabo: “humildad”, para orar perseverantemente y dejar que la palabra de Dios les convierta; “los sacramentos”, para recibir la fuerza; y las “obras de caridad con las necesidades de hoy, tanto culturales, como materiales, o de fe”.
Asimismo, manifestó su deseo de que la colaboración entre la Iglesia y el Estado “crezca y sea mayor para el bien común de la sociedad”, siempre con “una sana autonomía”.
Para el arzobispo de Barcelona el camino sinodal alemán “es una situación compleja y difícil” de la que confía que “salgamos victoriosos”: “Espero que al final las aguas vuelvan a su cauce. Siempre ha habido divisiones o crisis después de los concilios, pero al final siempre la unión y la sensatez prevalecen. En momentos de crisis afloran nuestros valores y cuando sale la oportunidad se da lo mejor de nosotros mismos”.
Preguntado por el estado de salud del Papa, con quien estuvo a finales de agosto en el Consistorio de cardenales, señaló que, aunque le ha visto con una movilidad limitada, sigue teniendo una cabeza “muy buena” y “una memoria prodigiosa”. Y recordó que como el mismo Pontífice dice “no se gobierna con las piernas sino con la cabeza”.