Además de las obligaciones de la Lomloe, los centros deben contar con un Coordinador de Bienestar y Protección del Menor para lo que no se ha dotado de medios
“Muchas dudas e incertidumbre”. Así comienza el curso para Escuelas Católicas, la patronal más representativa de los colegios concertados de España. Y es que, superadas las restricciones de la pandemia, el nuevo periodo educativo trae consigo la implantación de una nueva ley educativa, la Lomloe. Además del retraso en la legislación autonómica, la “complicada situación económica” está la exigencia de “la incorporación obligatoria al organigrama del centro de la figura del Coordinador de Bienestar y Protección del Menor”.
Esta figura del Coordinador de Bienestar es una exigencia de la Ley de protección integral a la infancia y la adolescencia que, según explican desde Escuelas Católicas, tiene que velar “por el bienestar de los alumnos y la prevención, detección precoz y protección de los menores”. La dificultad para los centros es que no cuentan con recursos específicos para que este coordinador pueda desarrollar con calidad su cometido. “Rechazamos la forma en la que se está exigiendo a los centros, sin una regulación concreta y clarificadora, sin recursos adicionales imprescindibles, y sin el conocimiento de las consecuencias de una incorrecta aplicación de sus funciones o protocolos”, han declarado desde la patronal.
Para Escuelas Católicas “la Administración educativa o cualquier otro ámbito no puede seguir imponiendo obligaciones a los centros concertados sin aportar los medios necesarios para su adecuado desempeño”. Así, reclamarán “que se otorguen recursos, económicos y documentales, para una correcta aplicación de la ley y la consecución de los objetivos en ella previstos”; ya que desde la patronal son “muy conscientes de la importancia del cuidado y de cuidar a nuestra comunidad educativa, este curso vamos a celebrar un congreso bajo el lema “Inspiradores de Encuentros”, con el ánimo de promover el reencuentro después de los últimos años de pandemia”. Una cita que reunirá en Granda en noviembre a unos 1.800 profesores de forma presencial.