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Vicente Rebollo a la diócesis de Tarazona tras su ordenación: “Espero ser el pastor que merecéis y necesitáis”

El nuevo prelado ha tomado posesión este sábado en la catedral de Nuestra Señora de la Huerta





“Espero ser el pastor que os merecéis y que necesitáis. Quisiera en estos momentos al comenzar mi ministerio pastoral en esta querida iglesia de Tarazona dar gracias, porque mi corazón se siente agradecido”. Así se ha expresado el nuevo obispo de Tarazona, Vicente Rebollo, al concluir la ceremonia de ordenación episcopal que ha tenido lugar este sábado en la catedral de Nuestra Señora de la Huerta.



De hecho, esta ha sido la primera ordenación episcopal que se celebra en la catedral de Tarazona desde su reapertura en 2011, siendo el último obispo ordenado en la seo turiasonense Francisco Álvarez Martínez, el 3 de junio de 1973. El obispo consagrante ha sido el arzobispo metropolitano de Zaragoza, Carlos Escribano, acompañado por el nuncio apostólico, Bernardito Aúza, y el arzobispo de Burgos, Mario Iceta.

A la ordenación episcopal han asistido, además, una veintena de arzobispos y obispos, entre los que se encuentra el cardenal Juan José Omella, arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española. Asimismo, además de los Arzobispos de Zaragoza y Burgos, ha participado el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, y el arzobispo de Pamplona‐Tudela, Francisco Pérez.

‘Dilexit me et Tradidit pro me’ (“Me amó y se entregó por mí”), es el lema elegido por el nuevo obispo. Tomado de la carta de san Pablo a los Gálatas, quiere expresar la centralidad de Cristo en la vida y en el misterio pastoral del prelado. “Las palabras de mi lema episcopal me han ayudado a vivir momentos importantes y significativos de mi vida para crecer en la fe”, ha explicado Rebollo. Además, “son las palabras que me vinieron a la mente cuando su santidad me manifestó su deseo de que fuera obispo de Tarazona”.

El Buen Pastor

“Siento que sin el apoyo del amor de Cristo no se puede caminar”, ha continuado, “solo el amor da vida y permite vivir. Y a la vez, sentir que ese amor procede de la entrega de Cristo por mí, es lo que me permite mirar hacia delante y decir sí. La entrega de Cristo, de su vida por todos, es algo personal; lo hace por mí, por cada uno, se trata de una experiencia y un don que cada uno debe acoger”.

Asimismo, Rebollo ha recordado las palabras de San Pablo dijo a Timoteo: “toma parte de los duros trabajos del Evangelio según las fuerzas que dios te dé” (2Tim 1,8). “Que suerte poder tomar parte en los trabajos del Evangelio, poder ser colaborador de Jesús el Buen Pastor, hacer que la Buena Nueva llegue a todos los hombres”, ha expresado el prelado.

“Esta”, ha dicho, “es la tarea que llevo haciendo desde hace ya 34 años por caminos diversos, en circunstancias diversas, con mediaciones diferentes. Pero siempre con la certeza de que estaba anunciando el Evangelio, que tenía que ser buena noticia para todas las personas que me acompañaban, para mi prójimo”.

“Me siento ungido por la fuerza de lo alto, el espíritu me acompaña; Jesús del Buen Pastor es el modelo a realizar cada día, en cada actividad, con cada persona”, ha concluido. “Así concibo mi nueva encomienda episcopal entre vosotros, en esta querida diócesis, mi diócesis, mi casa”.

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