En su primer encuentro oficial con los líderes religiosos ingleses no escondió que “como miembro de la Iglesia de Inglaterra, mis creencias cristianas tienen el amor en su corazón”
En el funeral de la reina Isabel II, que se ha hecho siguiendo muy de cerca el libro de oraciones de la Iglesia de Inglaterra, no ha faltado una amplia representación de las diferentes confesiones cristianas y en la abadía de Westminster se reunieron delegaciones de los judíos británicos, así como de las comunidades musulmana, sij, hindú, zoroastriana, budista, jainista y bahá’í. Y es que el nuevo rey, Carlos III, ha querido presentarse como un anglicano comprometido que considera que es su deber proteger el lugar de las diferentes creencias en la nación.
En su encuentro con los líderes religiosos en el Palacio de Buckingham el pasado 16 de septiembre, el monarca fue directo: “Soy un cristiano anglicano comprometido, y en mi coronación prestaré un juramento relacionado con el asentamiento de la Iglesia de Inglaterra. En mi Adhesión, ya he prestado solemnemente –como lo han hecho todos los soberanos en los últimos 300 años– un juramento que se compromete a mantener y preservar la fe protestante en Escocia”.
Ahora bien, añadió: “Siempre he pensado en Gran Bretaña como una ‘comunidad de comunidades’. Eso me ha llevado a entender que el soberano tiene un deber adicional, menos reconocido formalmente, pero que debe cumplirse con no menos diligencia”. Este deber, para Carlos III es el de “proteger la diversidad de nuestro país, incluso protegiendo el espacio para la propia fe y su práctica a través de las religiones, culturas, tradiciones y creencias a las que nos dirigen nuestros corazones y mentes como individuos”.
“Esta diversidad no sólo está consagrada en las leyes de nuestro país, sino que está impuesta por mi propia fe. Como miembro de la Iglesia de Inglaterra, mis creencias cristianas tienen el amor en su corazón. Por lo tanto, por mis convicciones más profundas –así como por mi posición como soberano– me considero obligado a respetar a quienes siguen otros caminos espirituales, así como a quienes buscan vivir sus vidas de acuerdo con los ideales seculares”, añadió. “Esta convicción fue la base de todo lo que mi querida madre hizo por nuestro país, durante sus años como nuestra Reina. Ha sido la base de mi propio trabajo como Príncipe de Gales. Seguirá siendo la base de todo mi trabajo como Rey”, concluyó.