A través de un comunicado, la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba se ha posicionado de cara al referéndum nacional que se celebra este 25 de septiembre y en el que el Gobierno de Miguel Díaz-Canel plantea la aprobación de un nuevo Código de las Familias que sustituiría al que lleva vigente desde 1975.
En este sentido, los obispos valoran los “aspectos positivos que contiene esta ley”. Entre estos destacan “que se rechaza la violencia en el seno de la familia o la manera en que se recogen y protegen los derechos de ancianos, personas en situación de discapacidad y vulnerables”, así como el reconocimiento de los derechos del niño o las necesidades de las embarazadas.
Pese a ello, también hay aspectos que consideran muy negativos, intuyendo que está muy presente “la ideología de género” en propuestas como la “autonomía” que “permite a los menores tomar decisiones médicas irreversibles” (en referencia a operaciones para cambiarse el sexo) o el matrimonio “entre personas del mismo sexo” y la posibilidad de “adopción legal” por parejas homosexuales. Para los obispos, “es un derecho del niño tener un papá y una mamá”. Otro punto del nuevo código rechazado por los prelados es la aceptación de los vientres del alquiler.
Emilio Aranguren, obispo de Holguín y presidente del Episcopado cubano, ofrece a Vida Nueva una última clave para entender la situación: “En todo este proceso, en dos ocasiones, hemos buscado exponer nuestro sencillo magisterio, discerniendo siempre los posibles destinatarios de nuestros mensajes. Por ello, valoramos la sana y esperanzadora posibilidad de que, de haber una negativa mayoritaria en el referéndum, las puertas no se cierren y podamos seguir trabajando los aspectos que resultan contrastables y avanzando más en los positivos que destacamos”.
Tras cinco años en Cuba, el pasado 13 de septiembre, David Pantaleón, superior de los jesuitas en la Isla y presidente de la Conferencia Cubana de Religiosos y Religiosas (CONCUR), tuvo que abandonar el país después de que las autoridades no le renovaran su permiso de residencia. Emilio Aranguren, presidente del Episcopado, destaca a esta revista su agradecimiento: “Valoro al padre David y su modo de estar y trabajo realizado en este quinquenio, tanto en la Compañía como en CONCUR. Le agradezco mucho los dos mensajes breves que me escribió mientras despagaba su avión”.
A falta de explicaciones, al régimen le ha podido incomodar el compromiso de los religiosos con los 700 detenidos hace un año por protestar pacíficamente reclamando más libertad y defensa de los derechos humanos básicos. En julio, CONCUR publicó un comunicado en el que, “con dolor y angustia”, se deploraba su situación de indefensión.