El pasado 19 de agosto, la policía nicaragüense irrumpió en la Curia Episcopal de la diócesis de Matagalpa donde llevaba dos semanas retenido el obispo Rolando Álvarez Lagos con un pequeño grupo de cinco sacerdotes y tres laicos colaboradores. Actualmente se encuentra en arresto domiciliario. Tras suspender las celebraciones en la catedral, las autoridades de Daniel Ortega llevaban asediando a uno de los obispos más críticos con el régimen impuesto en el país.
- PODCAST: Francisco en Kazajistán, un grito por la paz
- ¿Quieres recibir gratis por WhatsApp las mejores noticias de Vida Nueva? Pincha aquí
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Retenidos indefinidamente
Todos los desalojados aquel día han sido puestos a disposición de la Dirección de Auxilio Judicial sin que de momento hayan sido formalmente acusados, si bien ha trascendido que están siendo investigados penalmente por incitación al odio y a la violencia tratando de desestabilizar el Estado. Se desconoce si están a la espera de juicio.
La situación del obispo de Matagalpa se une a la expulsión del nuncio Waldemar Stanislaw Sommertag el pasado 12 de marzo, la salida de las misioneras de la Madre Teresa de Calcuta y otros religiosos o sacerdotes, el cierre de medios católicos o la prohibición de las procesiones religiosas. El papa Francisco ha hecho en ocasiones un llamamiento al diálogo para superar la crisis social.