El gobierno del país báltico impulsa una ley para que la confesión sea independiente de cualquier patriarcado extranjero
El parlamento de Letonia ha impulsado la separación de la Iglesia Ortodoxa del país del Patriarcado de Moscú. Para ello, el gobierno ha pedido al patriarca Kirill que reconozca oficialmente la independencia de la Iglesia ortodoxa de la república báltica de Moscú. Lo ha hecho a través de una carta del ministro de Justicia, Janis Bordans, en nombre del Consejo de ministros.
Con esta petición esperan que la Iglesia Ortodoxa Letona puede ser considerada una Iglesia autocéfala, es decir independiente de cualquier patriarcado y gobernada por su sínodo. Algo que recogería en una nueva ley propuesta por el actual gobierno conservador prohibiendo la dependencia de cualquier autoridad eclesiástica extranjera. Esta ley tuvo el primer visto bueno por parte del parlamento con 73 votos frente a 3 en contra. Lógicamente, la cercanía del líder ortodoxo al presidente Vladimir Putin y su invasión de Ucrania han acelerado esta reivindicación.
Para los políticos esta separación es “una cuestión de seguridad nacional”. También el propio sínodo letón había pedido al clero y a los laicos que “preserven la unidad de nuestra Iglesia y observen estrictamente las leyes de nuestro Estado letón”, según ha recogido el portal katholisch.de. La reacción rusa ha sido de condena enérgica a la propuesta de Letonia. En declaraciones a la agencia de noticias rusa Interfax y portavoz del patriarcado ha señalado que “al parecer, los representantes de la república laica, donde la Iglesia está separada del Estado según la Constitución, han decidido continuar con sus actividades eclesiásticas al estilo de las monarquías confesionales de siglos pasados”.