Bernardo Álvarez y José Mazuelos han apoyado la necesidad de evitar el “hacinamiento” de las personas que llegan a las islas
El obispo de la Diócesis Nivariense, Bernardo Álvarez y el obispo de la Diócesis de Canarias, José Mazuelos han hecho pública una carta pastoral conjunta ante la proximidad de la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado 2022 que se celebra el próximo domingo, 25 de septiembre. En ella, ambos prelados piden a la vida consagrada residente en las islas que colabore con las delegaciones de pastoral de migraciones de ambas diócesis para elaborar el borrador de un posible proyecto que ponga en marcha los “corredores de hospitalidad”.
“Como todos sabemos, nuestras islas forman parte de la frontera sur de Europa a la que llegan permanentemente, multitud de frágiles embarcaciones, cargadas de migrantes que se arriesgan buscando, con desesperación la paz y el bienestar que les falta en sus países de origen”, escriben los obispos. “Muchos, sin embargo, mueren en el intento y nuestras costas se convierten en cementerios, frustrando sueños e ilusiones de tantos niños, jóvenes y adultos, que son tragados por las aguas de este inmenso Océano”.
Haciendo referencia al último encuentro de Delegados y voluntarios de Pastoral Migratoria de todas las Diócesis de España, convocados por la subsecretaría de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española, los obispos recuerdan que se llegó por unanimidad a la conclusión de la necesidad de “poner en marcha corredores de hospitalidad y facilitar entre todas las organizaciones de la Iglesia, el tránsito de nuestros hermanos migrantes, para evitar su hacinamiento en las islas, intentando colaborar con nuestras instituciones públicas que, a veces, tienen dificultad para hacerlo efectivo”.
“En nuestras Diócesis, Canariense y Nivariense, no queremos permanecer en silencio ni queremos ponernos de perfil”, aseveran los obispos. “Por este motivo le hemos pedido a nuestras delegaciones de pastoral de Migraciones que elaboren un borrador de un posible proyecto que pueda ser presentado a la conferencia episcopal y que después pueda ser extendido al resto de las diócesis de España que quieran implementarlo”, añaden. “Al mismo tiempo, esta es la razón por la solicitamos la colaboración de los miembros de la Vida Consagrada de nuestras Diócesis”.