El arzobispo de Madrid ha centrado su carta pastoral en la parábola del Hijo Pródigo
En su carta pastoral para este 2022-2023, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ha retomado la parábola del Hijo Pródigo. La carta, que lleva por título ‘A la misión: retornar a la alegría del Evangelio’, hace, de esta manera, un llamamiento a los cristianos a volver a anunciar a Cristo: “Se trata de que todos entremos con palabras, obras y gestos en la vida de quienes tenemos que evangelizar”.
En el texto de este año, Osoro lanza un desafío misionero para volver a llegar al corazón de aquellos que, si bien están bautizados, como el hijo pequeño de la parábola, se fueron de casa, se alejaron del amor de Dios, pero también buscar a aquellos que no conocen a Jesucristo. “Quizá no supimos hacer presente el tesoro”, reflexiona, que no es otro que “Dios mismo que me regala su amor y su gracia”, afirma el purpurado.
“¿Cómo hacer posible que todos entiendan que nadie queda excluido de la alegría regalada por el Señor?”, escribe Osoro. “Hay una respuesta: seguir el ejemplo del padre de la parábola, que dio libertad a sus hijos, pero se mantuvo muy cerca de ellos en vida y corazón”. La Iglesia, por ello, “no puede dejar a nadie de lado y tiene que acercarse a todos”.
“Nosotros, quienes anunciamos el Evangelio, podemos dar por supuesto todo, como el hermano mayor”, continúa Osoro, poniendo el foco en aquellos que viven su vida espiritual “sin disfrutar intensamente de todo lo que Dios y la Iglesia nos ofrecen”. Quienes “han perdido la capacidad para el asombro, la sorpresa y la gratitud”.
“No tengamos miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, a todas las periferias existenciales”, concluye el arzobispo. “Los dos hermanos necesitan experimentar la alegría de estar en casa y disfrutar del padre”. Y, a ambos, el padre los quería sentar en el mismo banquete, una fiesta que expresa “la vida nueva en Cristo a la que somos convocados todos, con independencia de nuestra ubicación personal”.