Francisco mantuvo su habitual encuentro con los religiosos de la Compañía de Jesús de Bielorrusia, Rusia, Kirguistán y Tayikistán en Nursultán
Como es habitual, el papa Francisco mantuvo un encuentro con los jesuitas de Kazajistán durante su último viaje al país. Una cita que se produjo en la Nunciatura Apostólica de Nursultán y a la que acudieron 19 de los 25 religiosos de toda la Región Rusa, que incluye Bielorrusia, Rusia, Kirguistán y Tayikistán; ya que en Kazajistán no hay jesuitas. Los medios vaticanos han anticipado algunos de los temas del diálogo antes que Antonio Spadaro, director de ‘La Civilità Cattolica’, publique el contenido completo en la mañana de este jueves 29 de septiembre.
Ante la situación política actual, el pontífice advirtió que “estamos viviendo la tercera guerra mundial” y que es “un error pensar que es entre Rusia y Ucrania” –que sería la primera víctima de una agresión inaceptable y sacrílega– o “entre buenos y malos”. Por ello invitó a “liberar los corazones del odio”. Francisco lamentó que “en las guerras es la gente la que sufre. Esto genera odio” y que “los que hacen la guerra se olvidan de la humanidad”. “Creo que es un error pensar que es una película de vaqueros en la que hay buenos y malos”, añadió. “Tenemos que investigar la dinámica que desarrolló el conflicto” comenzando por a los “factores internacionales que contribuyeron a provocar la guerra” algo en lo que “no se puede ser simplista”, propuso.
“Veo imperialismos en conflicto. Y, cuando se sienten amenazados y en declive, los imperialismos reaccionan pensando que la solución es desencadenar una guerra para compensar, y también vender y probar armas”, opinó. El Papa también comentó sus intentos para abrir “una pequeña ventana de diálogo” como cuando se presentó personalmente, algo “inusual”, en la embajada rusa ante el Vaticano. También busca eso en las conversaciones telefónicas con el presidente Zelensky así como las misiones de varios cardenales Czerny y Krajewski o miembros de la Secretaría de Estado. “Yo también pensaba ir”, explicó de nuevo ante una posible visita, pero añadió: “Me parece que la voluntad de Dios es no ir en este preciso momento; aunque ya veremos más adelante”.
También recordó su condena de “la invasión de Ucrania como una agresión inaceptable, repugnante, insensata, bárbara y sacrílega”. Además, insistió en que “la gente común es la verdadera víctima que paga en su piel las locuras de la guerra” y que por ello condenó el atentado contra Darya Dugina, la hija del ideólogo de Vladimir Putin. “En ese momento la gente olvidó todo lo que había dicho hasta ese momento y sólo prestó atención a esa referencia. Pero entiendo las reacciones de la gente, porque están sufriendo mucho”, explicó Francisco ante la reacción ucraniana. “El Papa no se enfada si se le malinterpreta, porque conozco bien el sufrimiento que hay detrás”, explicó.
A los jesuitas le pidió antes de finalizar el encuentro de más de una hora: “No me interesa que defiendan al Papa, sino que la gente se sienta acariciada por vosotros que sois los hermanos del Papa”. “Lo que hay que hacer, de hecho, es demostrar cercanía” y es que “la gente debe sentir que la Iglesia está cerca”, recalcó ya que “el estilo de Dios es la cercanía”.