“No creo que defendiera que los niños pudieran mantener relaciones sexuales”. Con estas palabras, el secretario general de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello, disculpaba hoy a la ministra de Igualdad, Irene Montero, tras la polémica generada tras una intervención en el Congreso de los Diputados, en la que la política de Unidas Podemos reflexionaba sobre la educación sexual de los menores.
En un momento determinado, Montero dijo literalmente que “todos los niños, las niñas, les niñes de este país tienen derecho a conocer su propio cuerpo, a saber, que ningún adulto puede tocar su cuerpo si ellos no quieren. Eso es una forma de violencia. Tienen derecho a conocer que pueden amar y tener relaciones sexuales con quien les dé la gana, eso sí basadas en el consentimiento”.
En el transcurso de la rueda de prensa posterior a la Comisión Permanente del Episcopado celebrada esta semana en Madrid, Argüello se mostró identificado con la ministra en tanto que, en ocasiones, se pueden tergiversar o sacar de contexto algunas expresiones. Por otro lado, también admitió que “las declaraciones pueden ser afortunadas o desafortunadas como las mías”. “Según los colores, sobre lo que he dicho yo es que pueden decir que he apoyado a la ministra o no”, comentó bromeando.
En cualquier caso, sí expuso su preocupación más allá de la cuestionada expresión de la ministra, el trasfondo que hay en “la concepción de la sexualidad de las exposiciones de motivos de los textos legislativos, donde se ve una concepción de una persona inasumible, no por un creyente sino por una persona con sentido común”. “No se puede ser solidario de cintura para arriba en la cartera, si se es insolidario de cintura para abajo”, añadió el también arzobispo de Valladolid.