“Hay que eliminar las barreras físicas, sociales, culturales y económicas que impiden o dificultan el acceso al deporte”, ha afirmado el Pontífice
“Los animo a comprometerse para que el deporte sea una casa para todos, abierta y acogedora. Que en esta casa nunca se pierda el ambiente familiar: que se puede encontrar, incluso en el mundo del deporte”, Así lo ha expresado hoy el papa Francisco a los participantes en la Cumbre Internacional ‘Deporte para todos. Cohesionado, accesible y adaptado a cada persona’, a quienes ha recibido en audiencia en el Vaticano.
Durante su discurso, el Papa ha incidido en la necesidad de hacer el deporte accesible para todas las personas. “Hay que eliminar las barreras físicas, sociales, culturales y económicas que impiden o dificultan el acceso al deporte. El compromiso es que todo el mundo tenga la oportunidad de practicar deporte, de cultivar los valores del deporte y convertirlos en virtudes”, ha señalado Francisco, recordando, a su vez, que no basta con que el deporte sea accesible.
“Junto con la accesibilidad debe haber aceptación: es importante que encuentre la puerta abierta, pero también que haya alguien que me acoja. Alguien que mantiene la puerta del corazón abierta a todo el mundo y, por tanto, ayuda a superar los prejuicios, los miedos, a veces simplemente la ignorancia”, ha explicado.
“Acoger significa permitir que cada uno, a través de la práctica del deporte, pueda ponerse en juego, medirse con sus límites y aprovechar al máximo su potencial”, ha continuado el Papa. De este modo, “se promueve un deporte adaptado a cada persona, y cada persona puede desarrollar sus talentos, partiendo de su propia condición, incluida la fragilidad o la discapacidad”.
Asimismo, Francisco ha subrayado que “la Iglesia está cerca del deporte, porque cree en el juego y en la actividad deportiva como lugar de encuentro, de formación de valores y de fraternidad. Por eso el deporte está en casa en la Iglesia, especialmente en las escuelas y oratorios o centros juveniles”. Además, ha recordado que el deporte es “generador de comunidad”, ya que “hace crecer en cada uno el sentido de la participación, de compartir, y les hace sentirse parte de un grupo”.
“En nuestras sociedades, por desgracia, existe la cultura del descarte, que trata a los hombres y a las mujeres como productos, que se usan y luego se desechan”, ha dicho Francisco. Por eso, los deportistas “pueden ayudar a combatir esta cultura del descarte, con un sentido de responsabilidad educativa y social”.