Europa

Willy Bombeek, el ‘ceremoniero’ belga de las bendiciones de parejas homosexuales





Cuando Willy Bombeek fue recibido con su comunidad de fe en una audiencia privada con el papa Francisco en 2018, no podía imaginarse que iba a convertirse en un referente en la acogida de las personas homosexuales por parte de la Iglesia flamenca. El recién nombrado coordinador del proyecto Homosexualidad y fe había vivido su creencia como laico con total discreción durante más de 30 años trabajando en la institución que agrupa a las escuelas católicas de Bélgica en Bruselas.



En aquel encuentro con Bergoglio se sintió impulsado a pensar en las demandas pastorales que podían tener quienes se sentían excluidos de la comunión por su forma de ser y fue consciente de que “los homosexuales y, muchas veces, sus familias están en las periferias”.

Por ello, relata a Vida Nueva, se lanzó y, tras hablar con muchos sacerdotes y fieles, llevó al cardenal Jozef de Kesel, como presidente de la Conferencia Episcopal Belga, unas propuestas muy concretas que meditó durante largo tiempo: la aceptación de la realidad, la importancia de tener un punto de encuentro con la Iglesia y la necesidad de tener un ritual oficial. De ese encuentro surgiría un variado grupo de trabajo que se ha traducido en un documento que presentaron a los obispos.

Respuesta concreta

Ahora, los prelados flamencos han publicado el texto Por una Iglesia acogedora que no excluya a nadie, que se presenta como una puesta en práctica de los principios de Amoris laetitia y que incluye con rango de oficialidad un esquema con un formulario para la bendición de parejas homosexuales que quieren celebrar su amor ante Dios. Y es que en la Bélgica flamenca estas celebraciones “llevan celebrándose años, pero casi siempre de manera clandestina”. “Aunque nunca había pensado que haría este trabajo, estamos muy orgullosos de los pasos dados”, apunta.

Bombeek es el coordinador interdiocesano y trabaja dentro de las delegaciones de pastoral familiar de las cinco Iglesias locales. Con estas medidas, “los obispos flamencos quieren dar una respuesta concreta y cumplir el deseo de prestar una atención explícita a la situación de las personas homosexuales, sus padres y familias” con medidas pastorales ajustadas a sus demandas. Y es que, recalca, tras la publicación del documento, “no hay ningún conflicto con Roma”, ya que las fórmulas de la bendición que se proponen son fieles a la teología pastoral que sale del Sínodo de la Familia y no pretenden ser una suplantación del sacramento del matrimonio.

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