Este domingo, 2 de octubre, el ángelus ha vuelto a la Plaza de San Pedro. El papa Francisco ha presidido la oración mariana a mediodía y no ha dejado de recordar la situación de Ucrania. Rompiendo con la tradición de reflexionar inicialmente sobre el evangelio del domingo, el papa Francisco ha dedicado su reflexión principal a la situación de la guerra en Ucrania que “se ha convertido en algo grave, devastador y amenazante”. Esta “terrible e inconcebible herida de la humanidad” que “continúa sangrando” parece no acabarse, lamentó el pontífice. Francisco mostró su repulsa con “las lágrimas y la sangre derramadas en estos meses” a través de los millares de víctimas, niños incluidos, y la destrucción de los hogares para tantas familias, algo que amenaza con “el frío y el hambre a amplios territorios”.
“Estas acciones no pueden ser jamás justificadas, jamás”, reiteró. Para el Papa “es angustiante que el mundo esté aprendiendo la geografía de Ucrania” a través de los nombres de las ciudades asaltadas, “lugares de sufrimiento y de pobreza indescriptibles”. A esto se suma, añadió, el “absurdo” de que el mundo se encuentra de nuevo frente a “la amenaza atómica”, lamentó. “¿Qué tiene que suceder todavía? ¿Cuánta sangre debe derramarse aún para que comprendamos que la guerra no es una solución, sino solo una destrucción?”.
Por ello, reclamó: “En nombre de Dios, en nombre del sentido de humanidad que habita en cada corazón renuevo mi llamamiento para un inmediato alto al fuego, que callen las armas y se busquen las condiciones para desarrollar negociaciones capaces de llegar a soluciones no impuestas con la fuerza sino con acordadas, justas, estables. Será así si están fundadas sobre el respeto de sacrosanto valor de la vida humana y no tanto sobre la soberanía y de la integridad territorial de cada país”, sin olvidar a las minorías.
Francisco condenó los últimos acontecimientos que se oponen a todos los principios del Derecho Internacional y que hacen aumentar una escalada de la amenaza nuclear. Por eso, señaló abiertamente: “Mi llamamiento se dirige ante todo al presidente de la Federación Rusa, rogándole que detenga, también por amor a su pueblo, esta espiral de violencia y muerte”. Y, comprendiendo su dolor, hizo otro llamamiento al presidente de Ucrania “para estar abierto a propuestas de paz serias”. A la comunidad internacional también reclamó hagan todo aquello que compete a sus responsabilidades “para poner fin a la guerra en marcha sin dejarse involucrar en peligrosas escaladas y para promover y mantener iniciativas de diálogo”. “Por favor, hagamos respirar a las jóvenes generaciones el aire santo de la paz y no el contaminado de la guerra, que es una locura”. Para ello, incitó a activar todas las vías diplomáticas posibles cuando se han cumplido 7 meses del conflicto porque “la guerra en sí misma es un error y un horror”, por lo que ha pedido a la Virgen del Rosario de Pompeya el donde la paz y la conversión del corazón.
El pontífice también ha manifiestado su solidaridad por Cuba y Florida, que han sido golpeadas por el huracán Ian. Ha rezado por las víctimas, así como los fallecidos en un partido de fútbol en Indonesia. También ha saludado a los peregrinos e invitado a ver la nueva proyección sobre la visa de san Pedro que se realizará durante unos días, al atardecer, sobre la fachada de la basílica vaticana.