Un sacerdote de la comarca de Carrizo de la Ribera (León) ha sido condenado junto a su hermano por la Audiencia Provincial por haber abusado sexualmente de un joven con discapacidad intelectual. Así, tal como señala El Diario de León, la justicia ha condenado a 27 meses de cárcel al cura y a cuatro años y medio a su hermano. Además, la sentencia establece una indemnización de 6.000 euros para la víctima.
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Los hechos tuvieron lugar en 2018, cuando la víctima tenía 26 años. Desde 2014 le había sido reconocida una discapacidad intelectual y funcional con un retraso mental leve del 59% de discapacidad psíquica, una situación que, tal como reconoce la sentencia, “vicia su consentimiento para mantener relaciones sexuales al ser fácilmente manipulable y le impide llegar a comprender de forma total las posibles consecuencias y riesgos que para él pueden llegar a tener el realizar según qué actos de carácter sexual”.
El sacerdote y su hermano entablaron amistad con el joven, motivo por el cual el cura empezó a llevar al joven de forma frecuente a una finca que compartía con su hermano en la zona, ya que al joven le gustan los animales y allí podía pescar y coger cangrejos. Poco a poco, una vez establecida una relación de confianza, el cura empezó a abusar sexualmente del joven, masturbándole, con la excusa de “prepararle para cuando tuviera novia y pudiera tener hijos, con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales”.
Ocultar los hechos
Con el fin de ocultar lo que estaba sucediendo, el sacerdote advirtió al joven de que no podía hablar de lo que le hacía porque era “secreto de confesión”. Además, le hacía regalos y llegó incluso a prometerle que le iba a incluir en su testamento y que le iba a “buscar una residencia donde hubiera muchas chicas con las que pudiera tener relaciones sexuales”.
Al mismo tiempo, el hermano del sacerdote, consciente de lo que ocurría, invitaba también al joven al domicilio que ambos hermanos compartían. Allí, en su habitación, el hombre abusó también del joven, llegando “al menos en una ocasión” a practicarle una felación e intentar, en otro momento, mantener relaciones sexuales con penetración, a lo que el joven se negó.
Si bien la madre del joven acusa haber notado a su hijo distinto durante el verano de 2018, fue en septiembre de ese mismo año cuando este relató a su tío lo que estaba sucediendo, ante lo cual la familia interpuso una denuncia.