El papa Francisco ha aceptado hoy la renuncia del obispo auxiliar de la Arquidiócesis de San Salvador, el cardenal Gregorio Rosa Chávez. La mano derecha de Óscar Arnulfo Romero pasará a la historia como el primer purpurado de El Salvador y como el primer prelado no titular en obtener una birreta cardenalicia.
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Un mes después de cumplir los 80 años, el Pontífice da descanso a Rosa Chávez, que presentó su renuncia, tal y como manda el Código de Derecho Canónico, a los 75. Sin embargo, pocos meses antes había sido creado cardenal por Jorge Mario Bergoglio, por lo que la decisión de aceptar su renuncia se ha dilatado en el tiempo.
Cada vez que tiene oportunidad, el cardenal salvadoreño repite que “es monseñor Romero quien merecía el cardenalato”, y que lo recibía “en su nombre”. La realidad es que fue creado el mismo año del centenario del nacimiento del beato salvadoreño y ha sido uno de los impulsores de su proceso de beatificación.
El diario de monseñor Romero
Vida Nueva comparte, con motivo de su jubilación, un extracto del repaso elaborado por El Faro de las 17 veces que el beato habló sobre el “padre Goyo Rosa” en el diario que grababa en cintas de casetes.
- 18 de mayo de 1979: reunión con seminaristas y luego “prolongué mi diálogo con el padre rector, llevándolo a cenar y a pasear un rato en el que tuvo él también una expansión cordial muy grande, no solo en su oficio de rector sino como amigo que lo ha sido desde tanto tiempo y muy de fondo”.
- 21 de mayo de 1979: “Esta noche estuvo conmigo el padre Gregorio Rosa y platicamos bastante profundamente sobre la realidad de nuestra arquidiócesis”.
- 31 de mayo de 1979: “El padre Gregorio Rosa y yo amanecimos terminando nuestro trabajo; después del descanso nocturno se siente más fresca la mente, y pudimos terminarlo hacia las diez de la mañana” (Redacción conjunta de un plan pastoral).
- 15 de junio de 1979: “Conversación muy importante con el padre Gregorio Rosa. Le agradecí todas sus sugerencias”.
- 16 de octubre de 1979: el día después del golpe de Estado contra el general Carlos Humberto Romero, “amanecí preparando el comunicado arzobispal; me ayudaron el padre Moreno y el padre Gregorio Rosa”.
- 10 de noviembre de 1979: “A mediodía, el padre Gregorio Rosa y la señorita Doris Osegueda me ofrecieron muy bien criterio para la homilía acerca de los hechos de la semana”.
- 13 de noviembre de 1979: “El padre Goyo Rosa, con un militar de grado de mayor, vino a hacerme una visita confidencial en la que el militar me hizo revelaciones sensacionales acerca del desorden que reinaba en el Ejército”.
- 10 de enero de 1980: “Finalmente, el padre Gregorio Rosa me hizo algunas observaciones al trabajo que pienso presentar en Bélgica [por el doctorado honoris causa que monseñor Romero recibió el 2 de febrero de 1980 en la Universidad de Lovaina] y del cual debo perfeccionar varios detalles”.