Después del domingo de la Misericordia, desde distintas diócesis argentinas, seis misioneros se establecieron en las comunidades de Chirumpiari y Mantaro del Vicariato de Puerto Maldonado en la Amazonía peruana.
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Los misioneros partieron en el marco del Proyecto Misionero Argentino para colaborar con las comunidades campesinas y desarrollar iniciativas vinculadas a la promoción humana, a la educación, a la salud y a la construcción.
“Lugar especial en mi corazón”
Enterado de esta misión, el papa Francisco agradeció el testimonio y el compromiso asumido en la Amazonía. También felicitó a los misioneros por la disponibilidad y por asumir la tarea evangelizadora en ese territorio, que según reconoció, “ocupa un lugar especial en mi corazón”.
Recordó lo dicho al concluir el Sínodo especial de 2019, “sueño con una Amazonía que luche por los derechos de los más pobres, de los pueblos originarios, de los últimos, donde su voz sea escuchada y su dignidad sea promovida”.
En el mensaje, el Pontífice siguió enumerando sus sueños con respecto a la Amazonía para que preserve la riqueza cultural, “donde brilla de modos tan diversos la belleza humana”. Y continuó: “Sueño con una Amazonia que custodie celosamente la abrumadora hermosura natural que la engalana, la vida desbordante que llena sus ríos y sus selvas”.
Refiriéndose a esta misión, destacó que soñaba con comunidades cristianas capaces de entregarse y de encarnarse, “hasta el punto de regalar a la Iglesia nuevos rostros con rasgos amazónicos”.
Finalmente, le dijo a los misioneros que esa presencia allí ayudará a hacer realidad su sueño. ¡Adelante!, alentó Francisco. Después de prometerles su oración por ellos y pedirles que no se olviden de rezar y hacer rezar por el, les auguró la bendición de Jesús y el cuidado de la Virgen.