El papa Francisco ha hecho subrayado hoy la importancia de dar voz a aquellos “que no tienen derecho a hablar o no son escuchados, de los más pobres, de las minorías oprimidas, de las víctimas de guerras olvidadas”. Y lo ha hecho durante su audiencia con los editores y colaboradores de la revista Mundo y Misión, del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras (PIME) en el 150 aniversario de su fundación.
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Durante su discurso, el Papa ha subrayado, precisamente, que a pesar de que “hoy todos estamos preocupados, y es bueno que así sea, por una guerra aquí en Europa”, haciendo referencia a la invasión rusa en Ucrania. “Pero hay guerras que han durado años: más de diez en Siria, pensad en Yemen, pensad de Myanmar, pensad en África”, ha señalado. “Estos no cuentan”, ha continuado Francisco, “y olvidar las guerras de los países pobres es un pecado”.
Por otro lado, el Papa ha destacado que la revista, en su inicio, “fue creada para responder a la necesidad del pueblo de Dios” de conocer las labores “heroicas” de los misioneros. “También querían conocer los países y las culturas de una manera diferente a la más común -en ese momento imbuida de una mentalidad colonial-: con una mirada cristiana, respetuosa y atenta a las “semillas” de verdad y bien esparcidas por todo el mundo”, ha dicho.
Sociedades interconectadas
En aquel momento, tal como ha recordado el Papa, los fundadores de Mundo y Misión “entendieron el valor de la comunicación” como parte de la evangelización de la Iglesia. “Estos pioneros comprendieron hace 150 años la importancia de dar a conocer los países a los que estaban destinados y la forma en que, en aquellas lejanas tierras, se producía el encuentro entre el Evangelio y las comunidades locales”, ha explicado. “Desde el principio, por tanto, la revista fue portadora de una mirada amplia, abierta a las riquezas de cada pueblo y de cada Iglesia local”.
Y es que, “durante muchos años, las cartas y crónicas de los misioneros han retratado con precisión los contextos y la vida de las personas con las que entraron en contacto”. Aún hoy, los reportajes y testimonios directos “representan el rasgo más característico de la revista, gracias a relatos de lugares o situaciones de los que pocos hablan: periferias geográficas y existenciales, que, en un mundo donde la comunicación aparentemente ha acortado las distancias, continúan relegadas a los márgenes”.
“Las distancias se han acortado, es cierto, pero las costumbres ideológicas se han multiplicado”, ha advertido Francisco. Por ello, “el desafío sigue siendo hoy ir allí mismo para dar a conocer la belleza y la riqueza de las diferencias, pero también las muchas distorsiones e injusticias de sociedades cada vez más interconectadas y al mismo tiempo marcadas por fuertes desigualdades”.