El representante del Vaticano ante las Naciones Unidas, el arzobispo Gabriele Caccia, ha intervenido en diferentes foros de la ONU defendiendo la posición el Vaticano sobre Ucrania, para quien ha pedido buscar soluciones que no se impongan por la fuerza, sino consensuadas, justas y estables. En sintonía con el llamamiento del papa Francisco el pasado 2 de octubre, reclamó a los presidentes de los dos países que silencien sus armas y busquen “las condiciones para iniciar negociaciones capaces de conducir a soluciones no impuestas por la fuerza, sino acordadas, justas y estables”.
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Hacia el desarme
Caccia destacó que se viven las mismas tenciones de hace 60 años cuando Juan XIII publicó ‘Pacem in Terris’ y señaló que la verdadera paz entre las naciones no puede basarse en “la posesión de un número igual de armas, sino solo en la confianza mutua”, según recogen los medios vaticanos. Ahora bien, para el prelado “hay signos de esperanza para el desarme” como la ratificación por parte de seis Estados del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares. Si bien, denunció, el gasto militar mundial “ha superado por primera vez los 2 billones de dólares”, recursos “que podrían promover el desarrollo humano integral y salvar innumerables vidas”.
En la Comisión de la Asamblea General sobre la erradicación de la pobreza y el desarrollo de la agricultura, la seguridad alimentaria y la nutrición, Caccia reclamó que “la comunidad internacional debe retomar el camino y redoblar sus esfuerzos para hacer frente a las alarmantes tasas de pobreza, especialmente en los países menos desarrollados”. En este sentido denunció la herida abierta por la pandemia del coronavirus e hizo un llamamiento a “diseñar políticas que tengan a la persona humana en el centro y garanticen el acceso equitativo a aquellos bienes esenciales, recursos y oportunidades indispensables para sostener la vida y promover el desarrollo integral y el bienestar de cada persona”. En un foro dedicado a los Pueblos Indígenas defendió los derechos de estas minorías.
