Masiva participación logró la Jornada Juvenil diocesana que culminó con una caminata hasta el Santo Cristo
A 94 kilómetros al norte de Santiago, la diócesis de San Felipe tiene una fuerte composición rural. Su obispo, Gonzalo Bravo, fue consagrado en agosto del 2020 en el Santuario de Santa Teresa de Los Andes, en esta misma diócesis. Desde entonces vive un intenso proceso de revitalización con signos novedosos tales como tener una delegada para la pastoral diocesana, Nelly León, religiosa del Buen Pastor, conocida por su labor como capellana de la cárcel de mujeres en Santiago, tarea que aún mantiene.
Esa revitalización también se ha vivido en la pastoral juvenil con fuerte impulso a entusiasmar líderes juveniles en las parroquias y colegios. En esa dinámica, en junio pasado se constituyó una mesa de trabajo con los encargados de pastoral de los colegios católicos diocesanos, la delegación de educación y la delegación de pastoral juvenil. Su principal tarea es coordinar las actividades pastorales en esos ámbitos, asumiendo en lo inmediato la organización de una Jornada diocesana Juvenil que fomente el reencuentro presencial de los jóvenes después de 2 años de aislamiento.
Pese a los temores y dudas por el interés de los jóvenes, la Jornada se realizó con el lema ‘Joven levántate’, en el Colegio Marie Poussepin, ubicado en la localidad de Putaendo, 15 kilómetros al norte de San Felipe.
Llegaron más de 700 jóvenes de todas las parroquias y colegios de la diócesis que participaron en actividades de encuentro y escucha con tres momentos: encuentro, realidad y compromiso. A través de diferentes materiales los y las jóvenes expresaron su compromiso con el país y el mundo pintando banderas, poleras y lienzos.
Al medio día una orquesta animó tiempo de baile y canto, seguido por un almuerzo. La jornada finalizó con una caminata hacia el Santo Cristo donde vivieron un intenso momento de oración que fue cerrado con las palabras del obispo Gonzalo Bravo quien acompañó a los jóvenes durante toda la jornada.
Aldo Rodríguez y Alexis Maldonado, integrantes del equipo organizador, dijeron que están “muy contentos y satisfechos. Hoy ha sido una verdadera fiesta joven, ha sido no solo un reencuentro, ha sido una nueva esperanza ver que nuestros jóvenes están presentes, pero más aún, cuando existe voluntad y fe, para Dios nada es imposible y acá hoy ha quedado en evidencia que todos juntos, profesores, encargados de pastoral, catequistas, podemos unirnos y lograr esto tan hermoso que nos regala Señor: la alegría del reencuentro de nuestros jóvenes. Ahora a seguir caminando, a seguir trabajando por ellos y ellas”.