Con motivo del Día Internacional de Lucha contra la Pobreza, Caritas Italiana ha presentado este lunes su 21º Informe sobre la pobreza y la exclusión social, titulado ‘El eslabón débil’. De él, se desprende que Italia no solo no ha podido superar la crisis causada por el Covid-19, sino que en 2021 el país alcanzaba los 5,6 millones, de los cuales 1,4 millones eran niños. Es decir, 1 de cada 10 italianos están por debajo del umbral de la pobreza.
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Entre los “eslabones débiles” que señala Cáritas se encuentran, inicialmente,, los jóvenes, afectados por muchas formas de pobreza, pero, especialmente, por la pobreza hereditaria, que se transmite “de padres a hijos” por lo que se necesitan al menos cinco generaciones para que una persona nacida en una familia pobre alcance un promedio nivel de ingresos. Pero también la pobreza educativa, ya que solo el 8% de los jóvenes con padres sin titulación superior consiguen obtener una titulación universitaria.
Trabajadores pobres
Tal como relata la memoria, solo en 2021, casi 2.800 Centros de Escucha de Cáritas realizaron más de 1,5 millones de intervenciones, por poco menos de 15 millones de euros, con un aumento del 7,7% en el número de personas que pidieron ayuda respecto al año anterior. Incluso en 2022, los datos recopilados hasta la fecha confirman esta tendencia.
Asimismo, el documento señala que no siempre se trata de nuevos pobres sino también de personas que oscilan entre el interior y el exterior del estado de necesidad. Entre estos, los que, a pesar de trabajar, son pobres, representan hoy el 13% de los ocupados. El 23,6% de los que acuden a los Centros de Escucha son trabajadores pobres.