“Respetar los alimentos y otorgarles el puesto preeminente que tienen para la vida del hombre solo será posible si, además de interesarnos por su producción y disponibilidad, así como por las medidas técnicas del comercio agrícola, tomamos conciencia de que son un don de Dios del que somos meros administradores”. Estas son las palabras que el papa Francisco ha dedicado en su mensaje a director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Qu Dongyu, con motivo del II Foro Mundial de la Alimentación 2022 que se desarrolla en Roma del 17 al 21 de octubre.
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“Como he dicho en los otros mensajes dirigidos recientemente a su Organización”, ha continuado el Papa, “nuestra primera preocupación tiene de focalizarse en el ser humano como tal, considerado en su integridad y teniendo en cuenta sus necesidades reales, en particular las de aquellos que carecen del sustento básico para su supervivencia”.
Fraternidad y solidaridad
En este período de “crisis interconectadas”, Francisco ha recordado que “el mensaje de Cristo, inclusive para los no creyentes, nos interpela a no dar simplemente de comer hasta darnos a nosotros mismos en el servicio a los demás, reconociendo y garantizando la centralidad de la persona humana”.
“Esta prioridad”, ha aseverado, “sólo podrá ser salvaguardada volvemos a creer en la fraternidad y la solidaridad que deben inspirar las relaciones entre las personas y los pueblos”.