Al reflexionar sobre la historia de cada uno se consigue “reconocer la presencia” de “elementos tóxicos” que “nos alejan de nosotros mismos, mensaje estereotipados que nos hacen daño”
El papa Francisco continuó con su ciclo de catequesis sobre el discernimiento en la audiencia general que presidió este miércoles centrándose en “un ingrediente indispensable” en ese proceso, “la propia historia de vida”. Ante los miles de peregrinos presente sen la plaza de San Pedro del Vaticano destacó que la propia existencia de cada persona es “el libro más valioso que se nos ha entregado, un libro que muchos lamentablemente no leen, o lo hacen demasiado tarde, antes de morir”. No obstante, es precisamente en sus “páginas” donde es posible encontrar “lo que se busca inútilmente por otras vías”.
Echando mano de una cita de San Agustín, a quien consideró “un gran buscador de la verdad”, el Pontífice hizo una invitación para todos los presentes y para sí mismo: “vuelve a entrar en ti mismo”. Todas las personas pueden así darse cuenta de que en muchas ocasiones nos encontramos “presos de pensamientos que nos alejan de nosotros mismos, mensajes estereotipados que nos hacen daño: ‘yo no valgo nada’, ‘a mí todo me va mal’, ‘nunca realizaré nada bueno’”.
Cuando se lee la propia historia se “reconoce la presencia de estos elementos ‘tóxicos’” y se consigue así “ampliar la trama de nuestra historia, aprendiendo a notar otras cosas, haciéndola más rica, más respetuosa con la complejidad, logrando también recoger las formas discretas en las que Dios actúa en nuestra vida”. El hecho de “detenerse” para captar los “matices y detalles importantes” de nuestra vida resulta “indispensable” para el discernimiento. Se trata, en definitiva, de “un trabajo de recogida de perlas preciosas y escondidas que el Señor ha sembrado en nuestro terreno”.
El Papa insistió en la importancia de “acostumbrarse a releer la propia vida” destacando cómo de esta manera se “educa la mirada” y se consigue ser “más libre de los estereotipos tóxicos”. “Con sabiduría se ha dicho que el hombre que no conoce el propio pasado está condenado a repetirlo. Camina circularmente, como el perro que se muerde la cola”, dijo Jorge Mario Bergoglio.
En la parte final de su catequesis, el Pontífice invitó a los fieles a que se pregunten cada día antes de ir a dormir sobre “lo que ha pasado en mi corazón”. Aunque algunos puedan pensar que hacer examen de conciencia consiste en realizar “una contabilidad de los pecados”, Francisco explicó que se trata más de preguntarse acerca de lo que ha llevado “alegría y tristeza” a nuestras vidas para aprender así “a discernir dentro de nosotros”.
En sus saludos a los fieles y peregrinos presentes en los distintos idiomas, Bergoglio volvió a dedicar unas palabras a la “martirizada Ucrania”, pidiendo oraciones “por las cosas feas que pasan allí, las torturas, los muertos, la destrucción”.