El gobierno ha ido restringiendo progresivamente las actividades sociales y caritativas de la Iglesia, nacionalizando algunos colegios y centros de salud
Aunque el gobierno de Eritrea no ha hecho declaraciones oficiales, el hecho es que el obispo de Segheneity, al sur del país, Abune Fikremariam Hagos ha sido detenido por agentes oficiales en el aeropuerto internacional de Asmara mientras entraba en el país tras un viaje a Europa. El prelado está actualmente recluido en la prisión de Adi Abeto, junto con los sacerdotes Mihretab Stefanos, párroco de la iglesia de San Miguel en Segheneity, y el Abba Abraham, superior de los capuchinos de Tesseney, detenidos la semana pasada según informa la agencia Fides.
Estas detenciones se producen en un momento en el que las tensiones en el país africano son crecientes debido a los enfrentamientos entre los diferentes movimientos separatistas de la región de Tigray. A esto se suma que el país está intensificando su participación en la guerra civil de Etiopía, obstaculizando los esfuerzos para poner fin a los combates que han desestabilizado toda la región durante los últimos dos años.
El obispo se había pronunciado públicamente en contra de la participación en la guerra de Etiopía, entre otras cosas advirtiendo a los fieles que no se aprovecharan de los bienes saqueados por el ejército a la población de Tigray y puestos a la venta en los mercados eritreos. Además de este secuestro, el gobierno ha ido restringiendo progresivamente las actividades sociales y caritativas de la Iglesia, nacionalizando, entre otras cosas, algunas escuelas y centros de salud, como es el caso más reciente el instituto agrícola de los Hermanos de La Salle en Hagaz y el instituto técnico salesiano de Decameré.