Había curiosidad dentro y fuera de la Colegiata de San Isidro. Por saber si en el templo se colaría el tsunami mediático que arrastra Tamara Falcó desde que hace semanas rompiera su compromiso matrimonial con Iñigo Onieva. También, por valorar si estaría a la altura de la tarea que le había sido encomendada: ser pregonera del Domund 2022.
- PODCAST: Testigos hasta el extremo
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Y la marquesa de Griñón estuvo a la altura. Con la naturalidad y buen humor que la caracteriza, pero también con conocimiento de causa. De ella no se esperaba un discurso de misionología ni una tesina sobre Francisco Javier. Tampoco lo buscaba ni ella ni los responsables de Obras Misionales Pontificias que hace un año la ficharon de forma gratuita para ser la embajadora de la campaña de sensibilización más relevante de la Iglesia española.
Tamara ha comprendido que su misión es “llevar a Cristo a todos los lugares; incluidos esos sitios más frívolos porque la gente tiene almas también y también son hijos de Dios”. Así lo expresó la marquesa de Griñón esta tarde en la madrileña Colegiata de San Isidro, donde ejerció de pregonera del Domund 2022, esto es, la Jornada Mundial de las Misiones, la campaña solidaria más relevante de la Iglesia que tendrá como epicentro el próximo domingo 23 de octubre.
Homenaje a los misioneros
“Mi agradecimiento más importante es por tantos y tantos misioneros que han gastado su vida por ir más allá, gente buenísima que ‘abandona’ a su familia para ir a sitios recónditos y ayudar”, comentó la ganadora de Masterchef Celebrity en su particular homenaje a los más de 10.000 españoles presentes en los cinco continentes, a quienes van destinados lo más de 15 millones de euros que se recaudaron solo el año pasado para financiar los proyectos de evangelización, cooperación y desarrollo promovidas a lo largo de año por Obras Misionales Pontificias.
Y no solo habló de los misioneros, sino con los misioneros. Sí, porque cuando concluyó el acto conversó largo y tendido con los religiosos y laicos ‘ad gentes’ presentes en el templo. Con ellos compartió confidencias, lo mismo con las ‘nazarias’ que con los combonianos que con las misioneras de Cristo Jesús. A todos les pidió disculpas con humildad por si no había sido capaz de corresponder en sus palabras con la entrega de sus interlocutores.
Un camino de felicidad
En su discurso, citó a Teresa de Lisieux, patrona de las misiones, para destacar que “era una monja de clausura que nunca abandonó su convento pero fue capaz de contagiar el amor de Dios”. Falcó repasó además su propia conversión que tuvo lugar hace siete años: “Fue María quien me llevó a su Hijo, que es lo máximo. Es el amigo que nunca te falla, que te quiere y que lo sabe todo sobre ti”. “En casa no seguíamos casi ninguna regla del cristianismo, que es como ser vegetariano y comer carne”, recuerda sobre su pasado que hoy contempla con una mirada distinta: “Hoy he descubierto que puedo ser feliz”.
“¿Qué hacía yo siendo hija del marqués de Griñón y de Isabel Preysler, casados y separados varías veces? ¿Qué hago yo?”, le preguntó a Dios sobre su labor como católica. “Una frase de Teresa de Calcuta me cambió la vida y me dio la clave: ‘Encuentra tú Calcuta’”. Y fue a partir de ahí cuando reafirmó la necesidad de compartir su testimonio en público. Además, desveló que continúa con su proceso de crecimiento en la fe: “Ahora estoy conociendo al Espíritu Santo”.
Sobre su contacto directo con los territorios ‘ad gentes’, la marquesa de Griñón viajó cinco días a Mozambique para colaborar en el sostenimiento de Casa do Gaiato, un hogar eclesial de acogida para menores en el que actualmente viven 160 niños.
Falcó compartió su experiencia en presencia del director nacional de Obras Misionales Pontificias, José María Calderón, anfitrión del evento. Calderón puso en valor de la pregonera que “aceptó desde el primer momento y lo hace por amor a la Iglesia y a las misiones”. “Tamara está en los medios de comunicación donde Cristo es ignorado y vituperado y ella da testimonio de su fe sin pudor”, elogió el sacerdote, que añadió: “Te nombró misionera de la Iglesia en esas periferias existencial, por dar la cara por Cristo y por la Virgen”.
