El presidente francés Emmanuel Macron ha visitado la Gran Mezquita de París con motivo del centenario de la puesta de la primera piedra de su construcción el 19 de octubre de 1922. Una ocasión que el mandatario aprovechó para defender la llamada ley de separatismo aprobada hace poco más de un año que, a pesar de las críticas del mundo musulmán, para Macron es una norma jurídica que “ofrece salvaguardas” contra el islamismo radical.
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Precisamente esta celebración se produce pocos días antes del encuentro de Macron con el papa Francisco en el Vaticano. Y es que el diganatario francés ha confirmado su presencia en el acto ‘Grito por la paz’ organizado por la comunidad de Sant’Egidio los días 23 y 24 de octubre. El Eliseo ha confirmado además que la reunión con el pontífice será el lunes 24 de octubre ya que el domingo tiene un almuerzo en el palacio presidencial del Quirinal.
Ser musulmán y francés
Macron definió el templo como un faro para el “Islam de Francia” que encarna “la armonía de los hombres y las religiones, cuando aceptan que la fe de unos no debe coartar la de otros”. Para el presidente de la República la construcción del templo, hace 100 años, fue una muestra de que “era posible ser francés y musulmán”. La mezquita, sostenida económicamente por Argelia, para el líder galo “no lleva simplemente la posibilidad de un Islam en Francia, fiel a los valores de la República, sino de un Islam con Francia, e incluso de un Islam de Francia”, según recoge La Croix.
Ante la “brecha de resentimiento y desconfianza hacia los musulmanes” producida por los atentados yihadistas, Macron reivindicó franceses y musulmanes “podemos ser uno y otro armoniosamente, indisolublemente” ya que “negar esta compatibilidad entre Francia y el Islam es llevar agua al molino del separatismo”. En este sentido defendió sus medidas para controlar mejor el funcionamiento y la financiación de los lugares de culto. “Esta ley sólo ofrece salvaguardias contra el riesgo de volcarse hacia los márgenes de la República o incluso contra la República”, destacó. Además, Macron impuso la insignia de Oficial de la Legión de Honor al imán Chems-eddine Hafiz.
El presidente estuvo acompañado en su visita por el ministro del Interior, Gérald Darmanin, así como el expresidente Nicolas Sarkozy, junto a otras autoridades políticas. También los principales líderes de las comunidades y asociaciones islámicas De Francia junto al Gran Rabino de Francia, Haïm Korsia, y el presidente de la Conferencia Episcopal Francesa, Eric de Moulins-Beaufort, arzobispo de Reims