“Estamos muy preocupados por los muros, pero el capital que debemos salvaguardar son las personas”. Este es el mensaje que José Rodríguez Carballo, secretario del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, ha lanzado en la jornada ‘Economía sostenible en la Iglesia’ organizada por la Universidad Pontificia Comillas como parte del Programa Especialista en Administración de Bienes Eclesiásticos, en colaboración con Caixabank.
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Antes, en la apertura, Enrique Sanz Giménez-Rico, rector de Comillas -acompañado por Rafael Herrador, director territorial de Caixabank-, ha señalado que “los bienes eclesiásticos están siempre en relación con el carisma y con el Evangelio”. Tras él, Juan Antonio Guerrero, prefecto de la Secretaría para Asuntos Económicos de la Santa Sede, ha reflexionado sobre ‘La reforma económica del papa Francisco en el Vaticano’.
Carballo, que ha ofrecido la ponencia ‘Carisma y misión. Gestión patrimonial en la Iglesia’, ha insistido en que “las decisiones que se tomen en el ámbito económico deben hacerse pensando en la gente”. “¡No caigamos en la idolatría del dinero! Esta nos aleja de nuestra vocación”, ha completado.
En este sentido, el arzobispo español ha hablado de la urgencia de “innovar” en la economía religiosa y “alejarnos” de “soluciones continuistas”. “Como consagrados, estamos llamados a marcar la diferencia y apostar por una economía con rostro humano”.
Carballo ha invitado a todos los consagrados a ser “corresponsables” con la gestión económica de su institución, pues “con demasiada frecuencia se delega en el ecónomo”. Y también ha pedido que “las compras siempre se hagan respetando el carisma”, pues “la economía no es independiente de nuestra fe”.
¿Tiene el cristianismo un mensaje económico?
Con el buen humor que le caracteriza ha alertado de esas comunidades en las que “hay hermanos y hermanas de primera clase, pero también de tercera”. “¡Y después hablamos de fraternidad!”, ha agregado.
En otro de sus chascarrillos, ha insistido a todos los religiosos presentes que “es necesario saber cuánto cuesta un café, aunque lo tomemos gratis en nuestra comunidad”.
“¿Tiene el cristianismo un mensaje económico?”, se ha preguntado el franciscano, para luego contestarse: “Por supuesto”. “El anuncio del Evangelio tiene un claro componente económico”, ha rematado.
David Alonso de Linaje, responsable de Instituciones Religiosas y Fundaciones Banca Privada de Caixabank, ha concluido las jornadas con la ponencia ‘La planificación financiera como medio para alcanzar la misión’.