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Fallece el biblista estadounidense John Paul Meier

  • El investigador era conocido, sobre todo, por su monumental obra ‘Un judío marginal. Nueva visión del Jesús histórico’
  • El proyecto, modelo de rigor y minuciosidad, ha quedado truncado con su muerte a falta de dos volúmenes más





Este pasado martes, 18 de octubre, fallecía, a los 80 años, el reputado biblista estadounidense John Paul Meier (Nueva York, 1942). Maier fue presidente de la prestigiosa Catholic Biblical Association, profesor de la Universidad Católica de Washington y de la de Notre Dame, así como director o codirector de las revistas ‘The Catholic Biblical Quarterly’, ‘New Testament Studies’ y ‘Dead Sea Discoveries’.



Maier es conocido, sobre todo, por su monumental obra ‘Un judío marginal. Nueva visión del Jesús histórico’ (Verbo Divino, Estella, 1997-2017; original, 1991-2015), cinco volúmenes –seis en la versión española, por el desdoblamiento del segundo de sus tomos– que indagan en la figura histórica de Jesús.

El autor dejaba claro el propósito del proyecto en el primer volumen de la obra (‘Las raíces del problema y de la persona’). Se trataba de establecer lo que se podía saber de Jesús –su figura, palabras y acciones– de la forma más objetiva posible.

Cónclave no papal

Para ello, echaba mano de la fantasía de un “cónclave no papal” en el que un católico, un protestante, un judío y un agnóstico –todos ellos historiadores serios y buenos conocedores del mundo religioso del siglo I– se reunieran en la biblioteca de la Escuela de Teología de Harvard y no pudieran salir de allí hasta firmar un documento en el que estuvieran de acuerdo –independientemente de sus creencias– sobre quién fue Jesús y lo que intentó en su tiempo y lugar.

La obra de Meier se inscribe en lo que se ha denominado “tercera búsqueda” del Jesús histórico, un movimiento que, desde los años 80 del siglo pasado, se interesaba –y en parte sigue haciéndolo– por la figura histórica de Jesús. Esta “tercera búsqueda” –o segunda fase de la “nueva búsqueda”– constituye la etapa moderna y evolucionada de aquel antiguo interés por la figura de Jesús que surgió a finales del siglo XIX y comienzos del XX con el objetivo de “rescatar” la historicidad de Jesús de visiones más bien “dogmáticas”.

Concreciones de la “tercera búsqueda”

El gran proyecto de Meier –una de las mejores concreciones de esa “tercera búsqueda”– se caracteriza por el rigor y la minuciosidad con los que estudia las diferentes facetas de Jesús y su proyecto. Así, tras abordar en el vol. I –como hemos dicho– las raíces del problema y de la persona, con un estudio de las fuentes y sus criterios de lectura, el vol. II se ocupa de ‘Juan [Bautista] y Jesús. El reino de Dios’ y ‘Los milagros’.

El vol. III, ‘Compañeros y competidores’, trata de los seguidores de Jesús y de los otros grupos del judaísmo de la época. El vol. IV, ‘Ley y amor’, aborda las grandes instituciones judías de la Ley y el Templo, así como lo que él llama “Los mandamientos de amor” de Jesús. Por último, el vol. V, ‘La autenticidad de las parábolas a examen’, se ocupa de esa forma característica de la enseñanza de Jesús.

Dificultades de salud

Es significativo que, en las introducciones de los tres últimos volúmenes, Meier dedique unas palabras de agradecimiento a los doctores y cirujanos que le sacaron adelante de varias enfermedades graves. Esas dificultades de salud explicaban el retraso en el avance del proyecto, iniciado en 1991 –la traducción española es de 1997– y que llega hasta 2015 (traducción española de 2017).

Obviamente, el proyecto ha quedado truncado, ya que, según parece, faltan sendos volúmenes dedicados a los títulos de Jesús –incluyendo su percepción personal– y al juicio, pasión y muerte.

La resurrección, fuera de sus planes

Es dudoso que el estudio de la resurrección entrara en sus planes, habida cuenta de la perspectiva eminentemente “histórica” de la obra, ya que, por definición, la resurrección de Jesús, aunque absolutamente real para los creyentes, desborda el marco histórico (aunque quizá cabría hablar de ella “en negativo”, es decir, teniendo en cuenta sus huellas).

En esto, Meier se habría parecido a otro gran estudioso, Raymond E. Brown, quien, en su colosal obra sobre ‘La muerte del Mesías’ (Verbo Divino, Estella, 2005-2006), y ante la pregunta insistente sobre si pensaba escribir sobre la resurrección, afirmó: “Tengo en perspectiva, sí, profundizar en esa cuestión… pero de forma ‘personalísima y directa’” (p. 37).

Descanse en paz este gran estudioso que tanto ha hecho para que podamos descubrir un Jesús verdaderamente atractivo en su historicidad, paso ineludible para su confesión como Señor.

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Alicia Ruiz López de Soria, ODN







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